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ALDEA DEL REY: Querido amigo Alter Ego:...

Querido amigo Alter Ego:

Como ya dije anteriormente, éstos son unos tiempos en los que no me siento muy bien, anímicamente hablando. Después de tantas emociones buenas y malas, mi alma se ha resentido y se encuentra sumida en una extraña languidez. Se han formado en varios sitios una imagen tan elevada de mí, que últimamente me cuestiono si soy digno de ella. Y como va ganando el balance menos positivo de mi autoconcepto, empiezo a comprender que no puedo cubrir las espectativas que se han formado en torno a mí.

No escribo tanto en el foro porque me parece haber dejado ya clara mi postura sobre las cuestiones debatidas. No puedo ser verdugo porque yo, en los comienzos del foro antiguo, también fui provocador, también me embriagué en el estimulante licor de los comentarios satíricos, y creo que no me asiste autoridad moral para reprochar aquello en lo que yo también incurrí. Pero un día tuve la certidumbre de que algunos de mis comentarios (amparados en el anonimato) habían causado auténtico daño, y sobrevino el pesar de conciencia, el arrepentimiento y la tristeza... Tristeza porque mis convicciones cristianas no armonizaban con algunos de los derroteros que yo había seguido en el foro. Así fue escrito: "Lo que entonces consideraba una ganancia, ahora lo considero pérdida por amor a Cristo" (Flp 3, 7).

Al final opté por quedarme con lo esencial: dejarme de provocaciones, enfrentamientos y disputas vanas, y centrarme en seguir las enseñanzas de mi Maestro y honrarle mostrando en el foro respeto, humanidad, empatía y condolencia... Yo no puedo actuar de juez o látigo si antes fui reo. Eso no quiere decir que mantenga la boca cerrada ante la injusticia.

No me faltan motivos para que mi corazón se engría: me rodean de elogios y admiración; soy conocido y valorado en muchas partes del mundo. En Aldea abunda la vanagloria propia y la ostentación de labios para afuera. Renuncio a mis méritos por gloria de mi Señor Jesucristo; renuncio a las vanidades de este mundo por el calor de los corazones, por la amistad y por tratar de sembrar el bien en la medida de mis fuerzas. Dios es la clave de bóveda de mi vida, la fuerza de mis escritos, mi única aspiración y esperanza. No presumiré de mis méritos; presumiré sólo de lo que Dios es para mí. ¿No está escrito: "El que quiera presumir, que lo haga en el Señor" (Jr 9, 23)?

Que Dios me haga ver la vida con sus ojos, que en su nombre me sea dado confortar los corazones... Ésta es mi aspiración y mi premio... Que Dios aparte mis sendas del mal.

El misterio de Dios que tú mencionas, amigo Alter Ego, es un misterio asumido. Una nube es misterio, una abeja es misterio, el tiempo es misterio, nuestro propio hálito de vida es misterio... El amor es misterio. ¿No está escrito: "Las cosas ocultas pertenecen al Señor nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y nuestros hijos eternamente" (Dt 29, 28)?

Y ahora que sigan sugiriendo que me haga pastor...

Un pastor sin rebaño.

El jardinero de las nubes.
http://eljardinerodelasnubes. blogspot. com/