Querido amigo Libertad:
Te he de dar las gracias por esas emocionantes e inmerecidas palabras hacia este indigno sujeto. ¿Qué hemos hecho sino sobrevivir, tratar de demostrar de que seguimos amando esta tierra y que creemos en la libertad de expresión? Sin duda muchos habrán de decir que nos faltan tornillos por mantener nuestros deseos de comunicación, por predicar en el desierto, por no tener otra manera más constructiva de emplear el tiempo.
Yo te lo digo, ya que te has sumado a nuestro ejemplo: nada ha habido perdurable en este mundo que no haya surgido como consecuencia de una pérdida de tiempo. Vivimos con el miedo a nuestras espaldas. Yo soy el primero que tiene miedo, pero el mismo miedo me mueve a aporrear el teclado. ¿Hay algo que decir? No lo sé, pero que hable el teclado, que la voz del pueblo llano se deje oír de nuevo. Aquel foro, recuerdo yo también, fue un milagro porque del mismo nació el concepto que tú has tomado como apodo.... La libertad. Pudimos ser libres y no nos dejaron. Todavía la libertad ha de ser conquistada.
¿Pereceremos en el camino? En todo caso, me acojo al amparo de Dios. Empecé diciéndolo y lo sigo manteniendo: cometí errores, pido perdón por ellos, amo a Dios, amo Aldea, sus campos, sus caminos, sus atardeceres, y, ¿por qué no decirlo ya que lo he aprendido? ¡A su paisanaje también!
Gracias, amigo mío, disfruta de las estrellas en tu noche toledana.
El jardinero de las nubes.
Te he de dar las gracias por esas emocionantes e inmerecidas palabras hacia este indigno sujeto. ¿Qué hemos hecho sino sobrevivir, tratar de demostrar de que seguimos amando esta tierra y que creemos en la libertad de expresión? Sin duda muchos habrán de decir que nos faltan tornillos por mantener nuestros deseos de comunicación, por predicar en el desierto, por no tener otra manera más constructiva de emplear el tiempo.
Yo te lo digo, ya que te has sumado a nuestro ejemplo: nada ha habido perdurable en este mundo que no haya surgido como consecuencia de una pérdida de tiempo. Vivimos con el miedo a nuestras espaldas. Yo soy el primero que tiene miedo, pero el mismo miedo me mueve a aporrear el teclado. ¿Hay algo que decir? No lo sé, pero que hable el teclado, que la voz del pueblo llano se deje oír de nuevo. Aquel foro, recuerdo yo también, fue un milagro porque del mismo nació el concepto que tú has tomado como apodo.... La libertad. Pudimos ser libres y no nos dejaron. Todavía la libertad ha de ser conquistada.
¿Pereceremos en el camino? En todo caso, me acojo al amparo de Dios. Empecé diciéndolo y lo sigo manteniendo: cometí errores, pido perdón por ellos, amo a Dios, amo Aldea, sus campos, sus caminos, sus atardeceres, y, ¿por qué no decirlo ya que lo he aprendido? ¡A su paisanaje también!
Gracias, amigo mío, disfruta de las estrellas en tu noche toledana.
El jardinero de las nubes.