Hoy, queridos amigos, hay que empezar por felicitar al pueblo norteamericano. Aunque uno no sea especialmente proyanqui, los más de 5 millones de votos que Barack Obama ha puesto encima de la mesa sobre el conservador, alter ego Busch, son incontestables. ¿Alguien piensa que no se puede cambiar el destino?, claro que sí; el libre albedrío es un don del hombre dado por Dios, según los creyentes. Desde luego, quien ya ha pasado a la historia como el peor presidente de EE UU, ha hecho mucho en favor de los Demócratas, pero el pueblo ha puesto todo su fervor en soltar lastre de guerras espurias en Irak, de fotos infames en las Azores, de chuscas escenas en ranchos tejanos, con Aznar de monaguillo, de la más absoluta inepcia para el gobierno, de la estulticia pura y dura de un gobernante. Adiós, don cerebro de hormiga, Mr. Busch, que el mundo jamás conozca otro ejemplar similar a vos.
Querámoslo o no, a mí como hombre de este mundo, nada del mismo me es ajeno y por ello celebro con verdadera alegría el triunfo de un hombre sencillo, hecho a sí mismo y con el único capital de su honradez. ¡Viva la honradez, coño!, por eso nos llega ese mensaje nítido de lucidez de una sociedad que, harta de mentiras y chanchullos ha dicho basta, basta de cafres en la vida pública. Hoy me siento orgulloso de la gente de izquierdas, de la gente progresista, de la gente que, como Obama, ha puesto como reto ineludible la sanidad universal en un país donde los enfermos sin recursos se mueren en las puertas de los hospitales; me gusta la letra y la música de Obama, y al mundo también. ¿A dónde se refugiarán esos casposos neoconservadores que ahora claman a papá estado como refugio y paraguas ante la debacle económica que el capitalismo salvaje y el libre mercado -ese huevo de la serpiente que no han dejado de incubar- han ido produciendo?
Me siento orgulloso de que me gobierne en la nación, en mi comunidad y en mi provincia un partido tan semejante al de Obama; lamento profundamente que quien tiene algo que decidir más cerca de mí sea una espita, un rabillo, un perrillo faldero de eso que representaba el ¡Gracias a Dios! ya pasado "Peor presidente de la historia de USA". Hace unos días leía que "La cultura (con c, no con K de Karburo o Kultura) es la madre de todas las izquierdas". ¿Comprendéis por qué gana la derecha en Aldea? Abrazos, amigos progresistas y de la libertad. Otro mundo es posible, la utopía sigue viva; el cóndor remonta su vuelo, el pato de corral nace con las alas cortadas, como los brazos de MCain.
Querámoslo o no, a mí como hombre de este mundo, nada del mismo me es ajeno y por ello celebro con verdadera alegría el triunfo de un hombre sencillo, hecho a sí mismo y con el único capital de su honradez. ¡Viva la honradez, coño!, por eso nos llega ese mensaje nítido de lucidez de una sociedad que, harta de mentiras y chanchullos ha dicho basta, basta de cafres en la vida pública. Hoy me siento orgulloso de la gente de izquierdas, de la gente progresista, de la gente que, como Obama, ha puesto como reto ineludible la sanidad universal en un país donde los enfermos sin recursos se mueren en las puertas de los hospitales; me gusta la letra y la música de Obama, y al mundo también. ¿A dónde se refugiarán esos casposos neoconservadores que ahora claman a papá estado como refugio y paraguas ante la debacle económica que el capitalismo salvaje y el libre mercado -ese huevo de la serpiente que no han dejado de incubar- han ido produciendo?
Me siento orgulloso de que me gobierne en la nación, en mi comunidad y en mi provincia un partido tan semejante al de Obama; lamento profundamente que quien tiene algo que decidir más cerca de mí sea una espita, un rabillo, un perrillo faldero de eso que representaba el ¡Gracias a Dios! ya pasado "Peor presidente de la historia de USA". Hace unos días leía que "La cultura (con c, no con K de Karburo o Kultura) es la madre de todas las izquierdas". ¿Comprendéis por qué gana la derecha en Aldea? Abrazos, amigos progresistas y de la libertad. Otro mundo es posible, la utopía sigue viva; el cóndor remonta su vuelo, el pato de corral nace con las alas cortadas, como los brazos de MCain.
