Gracias Flor y Trobador. Es la apatía veraniega, la lectura compulsiva y la escritura… Algún errante gacetillero y politiquillo de medio pelo de los que nos usamos por Aldea, ha estado divulgando a los cuatro vientos que soy muy pedante por escribir lo que escribo y por decir lo que digo. Cuando quiera le paso el testigo, y espero que sepa mantenerlo con su mayor sapiencia abonada de humildad. “ ¡Oh mi señora DULCINEA del Toboso, extremo de toda hermosura, fin y remate de la discreción, archivo del mejor donaire, depósito de la honestidad, y, últimamente, idea de todo lo provechoso, honesto y deleitable que hay en el mundo!” (I. CAP. XLIII). Como tengo dicho, el que me busca me encuentra, y aún no he llegado al extremo de pesarme en una báscula de camiones y destinarle a mi lengua la tarea que compete a las toallitas Dodot Kangoo.
El descanso también es necesario y conveniente, amigo Trobador. Es buen momento para la reflexión. Ciertamente, al final uno se cansa de decir siempre lo mismo y predicar a quienes no ven el mundo más allá de su ombligo. Creo que poco puedo contribuir entre mentes tan capacitadas… Casi prefiero la incapacitación.
¡Cambio fuente relajante por dos vanguardistas vallas de obra! Desde luego, en este pueblo saben hacer negocios.
El jardinero de las nubes.
http://eljardinerodelasnubes. blogspot. com/
El descanso también es necesario y conveniente, amigo Trobador. Es buen momento para la reflexión. Ciertamente, al final uno se cansa de decir siempre lo mismo y predicar a quienes no ven el mundo más allá de su ombligo. Creo que poco puedo contribuir entre mentes tan capacitadas… Casi prefiero la incapacitación.
¡Cambio fuente relajante por dos vanguardistas vallas de obra! Desde luego, en este pueblo saben hacer negocios.
El jardinero de las nubes.
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Gracias Maestro, tienes toda la razon la reflexion tambien es necesaria, pero nunca callar para siempre, gota a gota se hace barranco.
Saludos de trobador.
viva la libertad de espresion, aunque haya, aradores que intenten pisarla, (esto lo aclarare),
Hasta pronto
Saludos de trobador.
viva la libertad de espresion, aunque haya, aradores que intenten pisarla, (esto lo aclarare),
Hasta pronto
Querido amigo Trobador:
Te agradezco en el alma que me llames "Maestro", pero es un honor que debo declinar pues Jesús de Nazareth dejó dicho: "Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos" (Mt 23, 8).
Estoy convencido que actuamos como hermanos y damos lo que podemos dar de nosotros mismos, aunque no nos vean en misa interpretando una pantomima de hipocresía.
Entre nosotros sobran distinciones.
Quizá al señor que va tildándome de pedante le agradaría el título de "Maestro" que tú tan inmerecidamente me aplicas. Que se quede con él hasta la última letra, y que le haga buen provecho y mejor digestión.
Aunque no se insulte ni se amenace, la libertad de expresión siempre será temida y mal vista entre aquellos que desconocen el alto precio que se ha tenido que pagar por el sagrado nombre de la libertad. Mucho hemos oído en las calles de nuestro pueblo, a lo largo de muchos años, que es mejor callarse. Mientras tenga un orden constitucional que me ampare, a mí no me calla nadie, máxime cuando me expreso en términos correctos.
Yo admiro tu valor, amigo Trobador. Sigues expresando tu opinión a pesar de que quieran reprimirte. También lo intentaron conmigo, y les salió el tiro por la culata (y peor les puede salir, pues no he agotado recursos que no les gustaría).
El pueblo está enfermo de muerte, y encima se niega a ingerir el medicamento que podría darle esperanzas. Esto es lo que sé de cierto. ¿Podremos cambiarlo nosotros? ¿O ser la voz que ruegue por un deseado cambio? Obras inútiles y mal planeadas, sueldos escandalosamente desmesurados, familias en apuros desatendidas, oídos sordos cuando se piden explicaciones, actos vandálicos, fotografías y más fotografías... Desde un punto de vista eminentemente egoísta, todo esto me duele por el dinero que estoy desembolsando de balde con mis impuestos. Por lo demás, y teniendo en cuenta mi más bien nula participación en los eventos sociales de este pueblo, me da igual lo que hagan con sus vidas personales: como si les da por celebrar fiestas en las urdillas de los cerdos.
Un abrazo, querido amigo.
El jardinero de las nubes.
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Te agradezco en el alma que me llames "Maestro", pero es un honor que debo declinar pues Jesús de Nazareth dejó dicho: "Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos" (Mt 23, 8).
Estoy convencido que actuamos como hermanos y damos lo que podemos dar de nosotros mismos, aunque no nos vean en misa interpretando una pantomima de hipocresía.
Entre nosotros sobran distinciones.
Quizá al señor que va tildándome de pedante le agradaría el título de "Maestro" que tú tan inmerecidamente me aplicas. Que se quede con él hasta la última letra, y que le haga buen provecho y mejor digestión.
Aunque no se insulte ni se amenace, la libertad de expresión siempre será temida y mal vista entre aquellos que desconocen el alto precio que se ha tenido que pagar por el sagrado nombre de la libertad. Mucho hemos oído en las calles de nuestro pueblo, a lo largo de muchos años, que es mejor callarse. Mientras tenga un orden constitucional que me ampare, a mí no me calla nadie, máxime cuando me expreso en términos correctos.
Yo admiro tu valor, amigo Trobador. Sigues expresando tu opinión a pesar de que quieran reprimirte. También lo intentaron conmigo, y les salió el tiro por la culata (y peor les puede salir, pues no he agotado recursos que no les gustaría).
El pueblo está enfermo de muerte, y encima se niega a ingerir el medicamento que podría darle esperanzas. Esto es lo que sé de cierto. ¿Podremos cambiarlo nosotros? ¿O ser la voz que ruegue por un deseado cambio? Obras inútiles y mal planeadas, sueldos escandalosamente desmesurados, familias en apuros desatendidas, oídos sordos cuando se piden explicaciones, actos vandálicos, fotografías y más fotografías... Desde un punto de vista eminentemente egoísta, todo esto me duele por el dinero que estoy desembolsando de balde con mis impuestos. Por lo demás, y teniendo en cuenta mi más bien nula participación en los eventos sociales de este pueblo, me da igual lo que hagan con sus vidas personales: como si les da por celebrar fiestas en las urdillas de los cerdos.
Un abrazo, querido amigo.
El jardinero de las nubes.
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