"El periódico de Aldea del Rey"... Sin ánimo de faltarle al respeto, señor Criado, permítame hacerle una sencilla pregunta: ¿Se le ha ido a usted la pinza? Sólo le he de agradecer su publicación en el servicio que presta reteniendo líquidos residuales en los cubos de basura. Por lo demás, considero que su publicación ofende mi inteligencia y quiero creer que es más bien un perverso ejercicio de fantasía. No me incluya en su denominación de servicio al pueblo de Aldea (en este caso yo no quiero pertenecer al pueblo que usted define en sus para mí burdas galeradas), y, lo que considero más importante, no me cobre por un servicio que ya desde antaño vengo considerando para mi sayo totalmente espúreo.
En cuanto a la puñalada trapera que le ha asestado a mi amigo Santiago Real, a costa de los dineros de todos y también míos, ya se ha elaborado un escrito donde se le ponen a usted las peras al cuarto y que será divulgado entre el conjunto de la población aldeana.
Puedo entender la existencia de ciertos virus que afecten la corteza cerebral de ciertos políticos que creen que los ciudadanos se chupan todos los dedos y que se concretan en síntomas de megalomanía desmedida. Lo entiendo y hasta me parece gracioso; lo que no puedo digerir es que mis dineros sirvan para dar pábulo a dichas afecciones víricas por medio de una publicación que ni me representa, ni me informa verazmente ni deseo en último término pagar.
Ya está demostrado que los aldeanos no necesitamos que nos vengan a contar desde fuera las cosas que pasan dentro, vistas a través del espejo deformante del servilismo político.
Y yo también le saludo, y le digo que mientras Dios quiera y pueda el jardinero de las nubes arremeterá contra todo lo injusto, de modo gratuito, y será arrogante con los soberbios y humilde con los humildes, aunque Sancho Panza confundiera los términos en la arenga que le dedicó a su maltrecho señor don Quijote (I Cap. LII).
Vale.
El jardinero de las nubes.
http://eljardinerodelasnubes. blogspot. com/
En cuanto a la puñalada trapera que le ha asestado a mi amigo Santiago Real, a costa de los dineros de todos y también míos, ya se ha elaborado un escrito donde se le ponen a usted las peras al cuarto y que será divulgado entre el conjunto de la población aldeana.
Puedo entender la existencia de ciertos virus que afecten la corteza cerebral de ciertos políticos que creen que los ciudadanos se chupan todos los dedos y que se concretan en síntomas de megalomanía desmedida. Lo entiendo y hasta me parece gracioso; lo que no puedo digerir es que mis dineros sirvan para dar pábulo a dichas afecciones víricas por medio de una publicación que ni me representa, ni me informa verazmente ni deseo en último término pagar.
Ya está demostrado que los aldeanos no necesitamos que nos vengan a contar desde fuera las cosas que pasan dentro, vistas a través del espejo deformante del servilismo político.
Y yo también le saludo, y le digo que mientras Dios quiera y pueda el jardinero de las nubes arremeterá contra todo lo injusto, de modo gratuito, y será arrogante con los soberbios y humilde con los humildes, aunque Sancho Panza confundiera los términos en la arenga que le dedicó a su maltrecho señor don Quijote (I Cap. LII).
Vale.
El jardinero de las nubes.
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