número de parados en España desde el comienzo de la crisis en 2007 se habrá incrementado en 2.706.000 personas a finales de 2010, según los cálculos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La cifra aparece en el informe anual sobre "Perspectivas del Empleo" publicado hoy, en el que la OCDE reitera su previsión de que el porcentaje de paro continuará subiendo en España y del 18,1 por ciento de la población activa en junio pasado se pasará al 19,8 por ciento (con 4,47 millones) cuando termine el año próximo.
Eso significa que el nivel de desempleo al terminar 2010 no sólo seguirá siendo el más elevado, con diferencia, de los 30 países miembros de la organización, sino que será justo el doble de la media, que se situará en el 9,9 por ciento, frente al 8,3 por ciento en junio de este año.
Sólo Irlanda se acercará algo al porcentaje español, con un 15,1 por ciento de la población activa, cuando antes de la crisis era del 4,5 por ciento en ese país.
En términos absolutos, el incremento del número de desempleados en España sólo se superará en Estados Unidos, con 8.698.000 parados suplementarios hasta la finalización de 2010.
Por detrás de España vendrán Alemania (1,83 millones de parados suplementarios y un 11,8 por ciento de porcentaje de desempleo), Reino Unido (1,388 millones más y el 9,8 por ciento), Japón (1,239 millones y el 5,8 por ciento), Italia (1,124 millones y el 10,5 por ciento) y Francia (1,019 millones y el 11,3 por ciento).
En el conjunto de la zona OCDE, desde el mínimo de 2007, cuando el paro era del 5,6 por ciento -el nivel más bajo en 25 años-, el número de desempleados había aumentado en casi 15 millones de personas hasta junio pasado y serán 25,487 millones hasta fines de 2010.
Eso significará que en ese momento habrá en lo que se conoce como el "Club de los países desarrollados" 57 millones de parados, un récord desde la Segunda Guerra Mundial.
POLÍTICAS ACTIVAS DE EMPLEO
Los países de la OCDE, que gracias a sus planes anticrisis están evitando un incremento todavía mayor del paro, deben aplicar políticas activas de empleo para impedir que ese desempleo suplementario se enquiste y se convierta en estructural.
Esta es una de las primeras recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en su informe "Perspectivas del Empleo" publicado hoy advierte de que la recuperación económica no bastará por sí sola para hacer frente rápidamente a "un paro elevado y persistente".
"Asociadas a las medidas macroeconómicas contra-cíclicas que se imponen y a nuevas reformas estructurales de los mercados de trabajo y de productos, unas políticas de empleo bien concebidas y con recursos suficientes pueden contribuir de forma determinante a la lucha contra el espectro de un paro persistente", concluye.
Los autores del informe reconocen el efecto de los planes gubernamentales contra la crisis ya que, si no se hubieran adoptado, el paro en el conjunto de la OCDE a fines de 2010, en lugar de aumentar hasta el 9,9 por ciento esperado, podría haber llegado a ser entre ocho décimas y 1,4 puntos más elevado.
Pero en cualquier caso, alertan de que el crecimiento económico que debería empezar a materializarse en 2010 será "moderado" durante ese ejercicio y no impedirá que el desempleo continúe aumentando y que a fines de ese año haya unos 57 millones de desempleados, un récord desde la Segunda Guerra Mundial.
La OCDE señala que las redes de seguridad social dirigidas a esa población (subsidios por desempleo y de ayuda social) deben diseñarse de forma que "atenuen" tanto como sea posible los efectos negativos que podrían tener sobre las incitaciones al trabajo.
También indica que en esta fase de recesión, las políticas de empleo deberían privilegiar más que el trabajo la formación, sobre todo para las personas muy expuestas al riesgo de un paro de larga duración.
El conocido como el "Club de los países desarrollados" aconseja que las ayudas destinadas a que las empresas mantengan sus plantillas pese a la disminución de su actividad tienen que ser "temporales y bien selectivas".
En concreto deben dirigirse a empresas y sectores donde el descenso de la actividad sea sólo pasajero y a los trabajadores susceptibles de encontrarse en situación de desempleo de larga duración, ya que en caso contrario constituirían una rémora a más largo plazo
n una rémora a más largo plazo
La cifra aparece en el informe anual sobre "Perspectivas del Empleo" publicado hoy, en el que la OCDE reitera su previsión de que el porcentaje de paro continuará subiendo en España y del 18,1 por ciento de la población activa en junio pasado se pasará al 19,8 por ciento (con 4,47 millones) cuando termine el año próximo.
Eso significa que el nivel de desempleo al terminar 2010 no sólo seguirá siendo el más elevado, con diferencia, de los 30 países miembros de la organización, sino que será justo el doble de la media, que se situará en el 9,9 por ciento, frente al 8,3 por ciento en junio de este año.
Sólo Irlanda se acercará algo al porcentaje español, con un 15,1 por ciento de la población activa, cuando antes de la crisis era del 4,5 por ciento en ese país.
En términos absolutos, el incremento del número de desempleados en España sólo se superará en Estados Unidos, con 8.698.000 parados suplementarios hasta la finalización de 2010.
Por detrás de España vendrán Alemania (1,83 millones de parados suplementarios y un 11,8 por ciento de porcentaje de desempleo), Reino Unido (1,388 millones más y el 9,8 por ciento), Japón (1,239 millones y el 5,8 por ciento), Italia (1,124 millones y el 10,5 por ciento) y Francia (1,019 millones y el 11,3 por ciento).
En el conjunto de la zona OCDE, desde el mínimo de 2007, cuando el paro era del 5,6 por ciento -el nivel más bajo en 25 años-, el número de desempleados había aumentado en casi 15 millones de personas hasta junio pasado y serán 25,487 millones hasta fines de 2010.
Eso significará que en ese momento habrá en lo que se conoce como el "Club de los países desarrollados" 57 millones de parados, un récord desde la Segunda Guerra Mundial.
POLÍTICAS ACTIVAS DE EMPLEO
Los países de la OCDE, que gracias a sus planes anticrisis están evitando un incremento todavía mayor del paro, deben aplicar políticas activas de empleo para impedir que ese desempleo suplementario se enquiste y se convierta en estructural.
Esta es una de las primeras recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en su informe "Perspectivas del Empleo" publicado hoy advierte de que la recuperación económica no bastará por sí sola para hacer frente rápidamente a "un paro elevado y persistente".
"Asociadas a las medidas macroeconómicas contra-cíclicas que se imponen y a nuevas reformas estructurales de los mercados de trabajo y de productos, unas políticas de empleo bien concebidas y con recursos suficientes pueden contribuir de forma determinante a la lucha contra el espectro de un paro persistente", concluye.
Los autores del informe reconocen el efecto de los planes gubernamentales contra la crisis ya que, si no se hubieran adoptado, el paro en el conjunto de la OCDE a fines de 2010, en lugar de aumentar hasta el 9,9 por ciento esperado, podría haber llegado a ser entre ocho décimas y 1,4 puntos más elevado.
Pero en cualquier caso, alertan de que el crecimiento económico que debería empezar a materializarse en 2010 será "moderado" durante ese ejercicio y no impedirá que el desempleo continúe aumentando y que a fines de ese año haya unos 57 millones de desempleados, un récord desde la Segunda Guerra Mundial.
La OCDE señala que las redes de seguridad social dirigidas a esa población (subsidios por desempleo y de ayuda social) deben diseñarse de forma que "atenuen" tanto como sea posible los efectos negativos que podrían tener sobre las incitaciones al trabajo.
También indica que en esta fase de recesión, las políticas de empleo deberían privilegiar más que el trabajo la formación, sobre todo para las personas muy expuestas al riesgo de un paro de larga duración.
El conocido como el "Club de los países desarrollados" aconseja que las ayudas destinadas a que las empresas mantengan sus plantillas pese a la disminución de su actividad tienen que ser "temporales y bien selectivas".
En concreto deben dirigirse a empresas y sectores donde el descenso de la actividad sea sólo pasajero y a los trabajadores susceptibles de encontrarse en situación de desempleo de larga duración, ya que en caso contrario constituirían una rémora a más largo plazo
n una rémora a más largo plazo