Luz ahora 0,16227 €/kWh

ALDEA DEL REY: Estimado señor Reverte:...

Estimado señor Reverte:

Ya ha dejado ver que usted tiene intereses adquiridos en la realización de este proyecto. Asimismo, ha manifestado su opinión, muy respetable por otra parte, sobre la estética de un bosque de placas solares. Y además ha opinado hasta de la vida que se ve hoy en el pueblo y de cierto tren que no se debe dejar correr… Estupendo, como opinión interesada no deja de tener su mérito.

Me ha respondido a parte de mi escrito. ¿Y qué pasa con la otra parte? Generalmente, poner el dedo en la llaga debe doler, ¿no es cierto? Y allá donde hay dolor, allá se sitúa el origen del mal. Y cuando algo duele de cara a la galería, se suele preferir correr un tupido velo de silencio.

Habla de ingenieros cualificados. ¿Se incluye usted entre los mismos? Porque el colmo de los colmos radicaría en ser propietario y además “ingeniero cualificado”. Yo pienso que un ingeniero cualificado debe distinguir entre lo que es una obra pública de lo que no lo es. Y ningún estamento público (entiéndase ayuntamiento) debería colaborar en las presiones ejercidas sobre los propietarios que muy legítimamente no desean subirse en un tren que ni siquiera es de titularidad pública. Sabemos que al actual consistorio se le llena la boca con la palabra “expropiación”, pero el día que lo intente, en ésta o en otra cuestión, habrá destapado la caja de los truenos. En la actualidad, con los medios de que disponemos, es casi imposible obrar de tapadillo.

Ya que usted hace referencia a empresas como la petrolífera, le diré que la misma tuvo una actuación inmoral en la huelga de camiones de junio pasado. Ella tiene su margen de ganancias mínimo firmemente establecido, y no permiten que baje ni un ápice, caiga quien caiga y por encima de quien sea. Ante la subida de carburantes, prefirieron que un país quedara desabastecido antes que perder ni un tanto así de sus pingües ganancias. Así que, cuestiones medioambientales aparte, le rogaría que no volviera a apelar al ejemplo de la petrolífera, pues se me revuelve el estómago ante la ética empresarial que supuestamente abandera dicha empresa.

Y si así actúa una empresa fuerte de cara al público, ¿cómo actuaría una empresa pequeña que ni la Madre Naturaleza conoce, por mucho que se haya apropiado de su nombre? Si la empresa quiebra, ¿vendría usted con pico y pala a socavar los diez metros de columna de hormigón de cada placa solar? Porque caro no es enterrar la controvertida columna, caro es extraerla; y si la empresa se declara en quiebra, ¿de dónde saldría el dinero para sacar las leves columnitas de la tierra de cultivo, sobre todo cuando ha sido a consecuencia de un proyecto de titularidad privada?

Yo, personalmente, antes prefiero asumir un riesgo que resulte previsiblemente reversible que no un riesgo que resulte potencialmente irreversible. Cuando algo es reversible, siempre queda lugar para la vida… Ya vería usted la vida que quedaría en el pueblo con grandes extensiones de tierra baldía.

Pero, que yo sepa, después de todo no es tan grave el asunto, porque Aldea no tiene ningún club de campo cercano. Y siempre se podrá jugar al golf lejos de Aldea, aunque Aldea se desertice por la mala cabeza de quienes vieron el futuro en su ombligo y no en las personas ni en los parajes naturales (sean o no de protección pública) de su pueblo.

Un atento saludo, señor Reverte, y, como siempre, siguen siendo mis opiniones, sin ningún ánimo de ofensa.

El jardinero de las nubes.
http://eljardinerodelasnubes. blogspot. com/