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Querido amigo Libertad:
En alguna ocasión hablaste de ella, y cuando lo hacías se derramaba amor de tus palabras, un amor muy parejo al que Jean Valjean sentía por Cosette. Y esas cosas son las que dan aliciente a los que gustamos la vida a través de las palabras.
Has hablado incluso de las noches de estrellas de la estepa toledana y del sol de las mañanas de tus paseos dominicales. Hablaste hasta de la comarca del Alto Campoo. Y así fue como te imaginé en la fisonomía del "Hombre de Paz en Reinosa". Cargado de años y algún asomo de barba.
Hace una semana pasé junto a Burguillos de Toledo, y la mirada se me iba hasta los chalets que hay cerca de la carretera. Pasé junto a un Mercadona que había tirando para Toledo, y me dije: "Aquí vendrá a comprar mi amigo Libertad". Y vi el sol y las nubes que te cobijan, y comprendí muchas cosas.
Tu hija fue una vez esposa de Cristo, y ahora es tu hija. Yo sabía que la querías como si tu sangre corriera por sus venas, y esto también me resultaba hermoso imaginarlo. Gracias por recomendarle nuestras lecturas; espero, por la parte que me corresponde, no defraudarla. Y para responderte, no he tenido ningún contacto con ella.
Hoy hace frío, los dedos se me anquilosan sobre el teclado, pero siento un volcán en mi corazón a causa de lo que puedo imaginar de ti, de tu vida y de tu familia.
Gracias por todo.
Un abrazo muy fraternal.
El jardinero de las nubes.
http://eljardinerodelasnubes. blogspot. com
En alguna ocasión hablaste de ella, y cuando lo hacías se derramaba amor de tus palabras, un amor muy parejo al que Jean Valjean sentía por Cosette. Y esas cosas son las que dan aliciente a los que gustamos la vida a través de las palabras.
Has hablado incluso de las noches de estrellas de la estepa toledana y del sol de las mañanas de tus paseos dominicales. Hablaste hasta de la comarca del Alto Campoo. Y así fue como te imaginé en la fisonomía del "Hombre de Paz en Reinosa". Cargado de años y algún asomo de barba.
Hace una semana pasé junto a Burguillos de Toledo, y la mirada se me iba hasta los chalets que hay cerca de la carretera. Pasé junto a un Mercadona que había tirando para Toledo, y me dije: "Aquí vendrá a comprar mi amigo Libertad". Y vi el sol y las nubes que te cobijan, y comprendí muchas cosas.
Tu hija fue una vez esposa de Cristo, y ahora es tu hija. Yo sabía que la querías como si tu sangre corriera por sus venas, y esto también me resultaba hermoso imaginarlo. Gracias por recomendarle nuestras lecturas; espero, por la parte que me corresponde, no defraudarla. Y para responderte, no he tenido ningún contacto con ella.
Hoy hace frío, los dedos se me anquilosan sobre el teclado, pero siento un volcán en mi corazón a causa de lo que puedo imaginar de ti, de tu vida y de tu familia.
Gracias por todo.
Un abrazo muy fraternal.
El jardinero de las nubes.
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