EL REGISTRO ARQUEOLÓGICO EN
ALHAMBRA (
CIUDAD REAL)
El municipio de Alhambra se sitúa al Este de la provincia de ciudad Real, en el limite de ésta con la de
Albacete, dentro del
campo de
montiel y entre las cuencas de los
ríos Azuer y Alto Guadiana. Su ubicación, sobre una pequeña meseta-testigo de bordes escarpados, a unos 872 metros sobre el nivel del
mar, convirtió este precioso lugar en idóneo para su población desde tiempos prehistóricos.
Los abundantes restos arqueológicos de todas las épocas existentes debajo y en los alrededores de la localidad actual nos permiten asegurar que se trata de uno de los
pueblos más antiguos de la provincia. Es una pena que haya una situación de desprotección del patrimonio arqueológico que va más allá de lo justificable.
La declaración de este lugar como una de las zonas arqueológicas(en caso de respetarse esa situación legal) ayudaría a plantearse soluciones viables que armonizasen los intereses de los vecinos de este municipio con la de protección e investigación de un patrimonio a cuyo acceso tienen derecho todos los castellano-manchegos. En este sentido, la experiencia obtenida por la Administración regional en casos similares de otras provincias ayudaría a solventar el problema.
ANTROPHOS ha llevado a cabo en Alhambra diversos trabajos de sondeos arqueológicos y seguimiento de obra, lo cual nos ha permitido conocer relativamente bien la situación arqueológica de esta localidad.
LA PREHISTORIA DE ALHAMBRA
Si bien la atribución crono cultural de los primeros pobladores de Alhambra presentan algunas
lagunas, tanto las evidencias arqueológicas encontradas en el lugar como la opinión de diversos autores son coincidentes a evocar tiempos y escenas pasadas en la población estable de Alhambra, al menos hasta la Edad de Bronce. No obstante, la presencia de ciertos útiles líticos (pertenecientes o relativos a la
piedra) en los alrededores pone de manifiesto la presencia de grupos humanos, cazadores-recolectores y nómadas, ya durante el Paleolítico.
La estratégica situación del asentamiento que se desarrolló allí durante la época del bronce manchego probablemente fue causa de la expansión y prosperidad a lo largo de la Edad del Hierro, desarrollándose allí un oppida ( un poblado fortificado sobre un cerro) que siguió habitado durante la época
romana.
Los restos de la Edad del Bronce e ibéricos que han llegado hasta nosotros se encuentran muy alterados, debido a la continuidad en el poblamiento del lugar y a la superposición de culturas.
EL REGISTRO ARQUEÓLOGICO EN ALHAMBRA
Los únicos vestigios de estas épocas que han podido documentarse dentro de su contexto arqueológico son los niveles de enterramiento ibéricos de los alrededores del
Camino del Matadero, hallados fortuitamente al realizar unas obras. Los arqueólogos que excavaron el lugar sitúan cronológicamente dichos enterramientos entre el siglo II a.C. y el I a.C., aunque algunas de las
cerámicas áticas encontradas se habrían elaborado en la primera mitad del siglo IV a.C.
La investigación sistemática de este hallazgo ha supuesto la primera intervención sobre una necrópolis íbero-romana en la provincia de Ciudad Real.
No obstante, durante una de sus intervenciones en Alhambra, , ANTROPHOS excavó hasta un total de ochenta y cuatro sondeos arqueológicos en torno al lugar en donde se realizaron aquellas primeras investigaciones de los hallazgos casuales íbero-
romanos. Todos resultaron estériles. Se removieron más de 17.000 m3 de sedimentos sin encontrar niveles arqueológicos in situ, por lo que se ha de ser prudente a la hora de calificar la magnitud de la necrópolis del camino del Matadero.
Es posible que la necrópolis íbero-romana de Alhambra se encuentre arrasada y de ella sólo hayan llegado hasta nosotros unos pocos restos, o quizás la magnitud del oppida situado baja Alhambra precisó en su momento la creación de varias necrópolis, correspondiendo estos hallazgos a una localización menor. Lo cierto es que sólo nuevas investigaciones y la persistencia en el seguimiento y controles de obra en zonas potencialmente arqueológicas permitirán profundizar en el conocimiento que hoy tenemos del lugar.
Por otro lado, en el cerro del
Castillo de Alhambra también se han encontrado restos de enterramientos y estructuras constructivas de la Edad del Bronce y del Hierro. Obviamente se encuentran muy afectadas por la construcción del castillo
medieval.
Existen escasos datos sobre los asentamientos líticos, del bronce, íberos y romanos que tuvieron lugar en esta zona como para saber de la importancia que adquirieron. Aunque no faltan leyendas, como la que cuenta que
La Solana era llamada "El Cerro de los Dioses de Cristal" en tiempos de los oretanos, cuando un
palacio de cristal, lleno a su vez de estrellas, ocupaba el lugar. Pero el origen constatable de esta villa hay que buscarlo en paralelo al auge de las órdenes
militares cristianas que se repartieron y organización estas tierras tras su conquista, a comienzos del siglo XIII.
En torno a un castillo de origen musulmán, que estaría emplazado en la superficie que hoy ocupa la
iglesia parroquial de
Santa Catalina, surgieron las primeras viviendas bajo la protección de la Orden de Santiago y su Encomienda. La llegada de pastores procedentes de la comarca de
Soria, que bajaban hacia el sur en busca de clima y pastos apropiados para su labor, fue el origen de un aumento de la población hasta que, a finales del siglo antes citado, el número de vecinos permitió su emancipación de la vecina Alhambra. Con posterioridad recibió el título de villa, mas en las Relaciones Topográficas de 1575 se ignora la fecha exacta del acontecimiento.
Si su nombre les suena a árabe no se engañan, aunque sería poco mérito y alejado de la verdadera
historia pensar que Alhambra nació entonces.
La llegada hasta Alhambra es engañosa; el visitante podría pensar viendo la amplia llanura de sus tierras de alrededor que encontrará el
pueblo a la altura de su hombro. No es así, pues el pueblo casi entero se halla sobre un cerro milenario que se asoma a la planicie, ya sin la amenaza de antaño, sin esperar peligrosos invasores, por lo que su castillo, situado en otro cerro contiguo, muestra los efectos de ese desuso y caída en desgracia.
Son 1.297 habitantes los que moran en este pueblo situado a 863 metros de altitud. Por su historia, por su situación geográfica y por la baja densidad de población de la comarca, Alhambra tiene uno de los mayores términos municipales del país, medido en 580,2 kilómetros cuadrados, dentro del cual hallamos también la pedanía de
Pozo de la Serna. A este pueblecito podemos acceder desde
San Carlos del Valle, del que le separan unos 8 kilómetros.
Con Alhambra entramos en el Campo de Montiel, cuna que ha mecido la historia de la Península desde los primeros orígenes del hombre.