En estas fechas, cuando me encuentro lejos de mi
pueblo, me entra una tristeza un tanto parecida a lo que los gallegos y asturianos llaman "morriña" y, que no es otra cosa, que sentir la lejanía de lo que se quiere.
Si no fuera por mis obligaciones laborales y familiares, ya estaría en la
plaza viendo a mi gente y tomando algo en el
bar de la
esquina (rente a la
iglesia), donde hay muy buen ambiente. Después al bar de los
Gigantes y !como no! visitar el bar de Paco en la Placeta, donde ponen unas
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