Del bosque autóctono, todavía por fortuna abundante, rico en
castaños y (robles), (hayas), hay que destacar por su valor culinario la amplia variedad de
setas silvestres que este espacio emblemático ofrece a los aficionados, desde la de
primavera, pasando por champiñones de
campo, setas de cardo, colmenillas y hasta el medio decena que aproximadamente suponen las especies con interés gastronómico de entre las muchas que se encuentran cada primavera y especialmente cada
otoño.