¡ Ahora, es la hora ¡ Me refiero a la procedencia de eliminar de nuestro Castillo de Alhambra los vergonzantes vestigios de palomar que en un malhadado día empezó a edificar un edil para provecho personal ante la pasividad de muchos y la complicidad y/o complacencia de otros. Los pueblos que olvidan, borran y dejan destruir su historia están inexorablemente llamados a desaparecer. Os lo dice uno que en aquel entonces era un niño y, además, la fatalidad hizo que no estuviera presente por el infinito tiempo de cinco años. Como consecuencia de aquella fatalidad hoy me siento alejado del lugar donde nací y solo me queda la nostalgia y el llanto , viniéndome al recuerdo el que lloró Boabdil junto a su madre Aíxa al perder su Granada y con ella su Alhambra. No puedo continuar pues se nublaron mis ojos. Adios. SALUDOS PARA MI PUEBLO, AL QUE POR ESTAR LEJOS MAS AñORO Y QUIERO. POLIALHAMBRA.