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ALHAMBRA: Suscribe un alambreño, es un viejo pensador, nació...

Suscribe un alambreño, es un viejo pensador, nació y creció en el pueblo donde mucho conoció. A mitad del Siglo XX trabajaban los obreros con las albarcas calzadas por diferentes senderos, eran jornalejos y gañanes, caleros, yeseros y piconeros con diferentes trabajos, se ganaban el sustento. Mujeres espigadoras de nuestro pueblo de Alhambra espigas recogian vigiladas por un guarda, caluroso caminar por caminos polvorientos para recoger la espiga sobrada en bajo suelo, con el calcinado sol pisando asperos rastrojos, recogian doradas espigas con los pies llenos de abrojos, de Alhambra se distanciaban a espigar en rastrojos en las fincas La Calera, Casasblancas y El Ayozo, se protegían del sol con pañuelo en la cabeza tapando sus bellas caras evitando ser morenas, con el saco bien relleno cargado en sus espaldas, caminaban con bochorno hasta llegar a sus casas. Fueron años difíciles, escaseaba el trabajo, como bandos de palomas de sus pueblos emigraron, de Alhambra muchos se fueron a Valencia, Barcelona y Madrid donde encontraban trabajo se quedaban a vivir; otros cruzaron fronteras en busca mejores sueldos en Francia, Suiza y Alemania con mejores rendimientos.