Resulta curioso observar cómo , en general, cuando aparece en un yacimiento arqueológico de este tipo un documento epigráfico mencionando el nombre del lugar se tiende a aceptar que ese lugar se llamaba en su momento de vida tal y como dice el documento epigráfico. Así ha pasado, por ejemplo, con Eldeva (Torrenueva), Oretum (Granátula de Calatrava) o Sisapo ( La Bienvenida). Ignoramos porque no ha sucedido lo mismo en el caso de Alhambra.