Cebollas sin lágrimas
Se coge la cebolla y se golpea, dándole un fuerte golpe en parte de las raíces sobre un mármol o una encimera. Así se rompen las fibras, que son las que nos producen los lloriqueos.
Se coge la cebolla y se golpea, dándole un fuerte golpe en parte de las raíces sobre un mármol o una encimera. Así se rompen las fibras, que son las que nos producen los lloriqueos.