A través de las edades, el éxito ha sido de aquellos que perciben las necesidades públicas y saben satisfacerlas.
A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad.
A veces el llanto hace mas beneficio que la risa.
A veces una broma, una anécdota, un momento insignificante, nos pintan mejor a un hombre ilustre, que las mayores proezas o las batallas más sangrientas.
Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.
Acaso huyendo de la popa a la proa es como el piloto encontrará camino de salvación cuando fluctúe entre las ondas la combativa nave?
Acaso soy libre si mi hermano se encuentra todavía encadenado a la pobreza.
Aceptar nuestra vulnerabilidad en lugar de tratar de ocultarla es la mejor manera de adaptarse a la realidad.
Además de enseñar, enseña a dudar de lo que has enseñado.
Además de perdonar a tus enemigos, ríete de ellos.
La risa es el gran antídoto contra los venenos del espíritu.
Admitamos que la primera vez se ofende por ignorancia; pero creamos que la segunda suele ser por villanía.
Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.
A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad.
A veces el llanto hace mas beneficio que la risa.
A veces una broma, una anécdota, un momento insignificante, nos pintan mejor a un hombre ilustre, que las mayores proezas o las batallas más sangrientas.
Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.
Acaso huyendo de la popa a la proa es como el piloto encontrará camino de salvación cuando fluctúe entre las ondas la combativa nave?
Acaso soy libre si mi hermano se encuentra todavía encadenado a la pobreza.
Aceptar nuestra vulnerabilidad en lugar de tratar de ocultarla es la mejor manera de adaptarse a la realidad.
Además de enseñar, enseña a dudar de lo que has enseñado.
Además de perdonar a tus enemigos, ríete de ellos.
La risa es el gran antídoto contra los venenos del espíritu.
Admitamos que la primera vez se ofende por ignorancia; pero creamos que la segunda suele ser por villanía.
Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.