La Mancha es tierra de cereales y pastoreo, y su cocina ofrece platos tan singulares como las migas, las gachas, el morteruelo o el gazpacho manchego. Son excelentes los platos de caza, perdices, codornices, conejo, jabalí o venado. La leche de los rebaños de ovejas es la base de la elaboración del mundialmente conocido queso manchego. En cuanto a los vinos, La Mancha tiene grandes extensiones de cultivo de viñedo que producen blancos ligeros y tintos añejos o afrutados.