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Esperando el tren, ALMADENEJOS

"el Correo":

Tren del siglo XX que llevaba de Madrid a Almadenejos en el asombroso tiempo de viaje de nueve horas, sin contar con ninguna incidencia añadida, por supuesto.

Lo peor es que los chavales llegábamos negros y con motas en los ojos de la carbonilla que despedía la ´locomotora de vapor y eran recibidos en los cogotes asomados a las ventanillas.

Eso sí, la ventaja es que se hacían amistades, en el departamento en que viajabas, con paisanos, militares, miembros del clero o civiles.

Se...
Quieras que no, como esos dos gatos almadenejenses, todos esperamos en el andén de la vida, e incluso pensamos que el próximo tren que pase va a ser el nuestro, el que anhelamos que nos transporte a un nuevo destino, casi siempre a algo mejor, aunque también una vez que estaciona, advertimos que estamos satisfechos tal como estamos (generalmente).

Cartucho.
Que montemos en el tren, eso es lo que hace falta; si no fuera por los peritos que van a estudiar a Almadén yo creo que ya se la habrían cargado.
Para que se potencie el ferrocarril entre puertollano y nuestro pueblo, ¿ qué hace falta? que los gatos se busquen otro aposento, que le reloj marque las horas, o quizá que sea una reivindicación de todos los habitantes de esta línea ferroviaria. C.