Hoy me han intervenido quirúrgicamente. Nada, cosa de poco un lunar, pero ya se sabe, sólo el hecho de entrar en un quirófano, las luces deslumbrantes, las herramientas metálicas, ponerte esa bata que se te ve el culo por detrás, el gorro y la protección de pies verdes, supone cierta percepción vital ligeramente desagradable.
Yo afortunadamente, tanto ésta como otras veces que he pasado por tan singular lugar, he experimentado una sensación de cariño y acercamiento únicos por parte del equipo de intervención. No sé por qué será, pero estas personas no están sólo preparadas para arreglar cuestiones físicas del ser humano harto complicadísimas, sino que además tienen una especial atención personal con los pacientes.
Yá podrían aprender otros médicos o profesionales de atención primaria o incluso especialistas, menos implicados. Se vé que no viven, como sus compañeros de quirófano el leve tránsito que hay entre la vida y la muerte.
Cartucho.
Yo afortunadamente, tanto ésta como otras veces que he pasado por tan singular lugar, he experimentado una sensación de cariño y acercamiento únicos por parte del equipo de intervención. No sé por qué será, pero estas personas no están sólo preparadas para arreglar cuestiones físicas del ser humano harto complicadísimas, sino que además tienen una especial atención personal con los pacientes.
Yá podrían aprender otros médicos o profesionales de atención primaria o incluso especialistas, menos implicados. Se vé que no viven, como sus compañeros de quirófano el leve tránsito que hay entre la vida y la muerte.
Cartucho.