"el Correo":
Tren del siglo XX que llevaba de Madrid a Almadenejos en el asombroso tiempo de viaje de nueve horas, sin contar con ninguna incidencia añadida, por supuesto.
Lo peor es que los chavales llegábamos negros y con motas en los ojos de la carbonilla que despedía la ´locomotora de vapor y eran recibidos en los cogotes asomados a las ventanillas.
Eso sí, la ventaja es que se hacían amistades, en el departamento en que viajabas, con paisanos, militares, miembros del clero o civiles.
Se compartían tortillas o chorizos en mendrugos de pan o tarteras que se sacaban de las talegas.
También facilitaba desafíos de permanencia en cantina durante las paradas en las diferentes estaciones, mientras el del martillito golpeaba las ruedas.
Cartucho.
Tren del siglo XX que llevaba de Madrid a Almadenejos en el asombroso tiempo de viaje de nueve horas, sin contar con ninguna incidencia añadida, por supuesto.
Lo peor es que los chavales llegábamos negros y con motas en los ojos de la carbonilla que despedía la ´locomotora de vapor y eran recibidos en los cogotes asomados a las ventanillas.
Eso sí, la ventaja es que se hacían amistades, en el departamento en que viajabas, con paisanos, militares, miembros del clero o civiles.
Se compartían tortillas o chorizos en mendrugos de pan o tarteras que se sacaban de las talegas.
También facilitaba desafíos de permanencia en cantina durante las paradas en las diferentes estaciones, mientras el del martillito golpeaba las ruedas.
Cartucho.