«El lunes comenzaron las cátedras populares gratuitas de San Isidro que el día anterior fueron declaradas abiertas por el señor rector de la Universidad central. En dicho día explicarán sus primeras lecciones los Sres. Chamorro, D. Fernando Lozano y D. José Luis Giner.» (La Discusión. Diario democrático [No más reyes. Viva la República], Madrid, viernes 20 de noviembre de 1868, año XIII, nº 40, pág. 3.)
Pero sólo quince días después de publicado el decreto que autorizaba las cátedras libres, estos tres jóvenes y pioneros catedráticos populares gratuitos, junto con otros menores de veinticinco años, como Urbano González Serrano, aparecen anunciados en el mismo periódico republicano La Discusión entre el cuadro de profesores de la Academia, de pago, de la calle de la Luna 18:
«Academia. Recomendamos eficazmente a nuestros lectores la nuevamente abierta en la calle de la Luna, núm. 18, cuarto principal. El mayor elogio que de ella podemos hacer es publicar el cuadro de los profesores que se hallan a su frente. Hele aquí: Cuadro de profesores. Sección de Filosofía y Letras. –D. José Hidalgo y Martínez. –D. Eusebio Ruiz Chamorro. –D. Urbano González Serrano. Sección de Ciencias. –D. Eduardo Lozano y Ponce de León. –D. José Mirete y Visedo. Sección de Derecho. –D. Eusebio Ruiz Chamorro. –D. Urbano González Serrano. Sección de Estudios especiales. –D. Fernando Lozano y Montes. –D. José Luis Giner de los Ríos. –D. Rafael Langa y Madrona. He aquí ahora la tarifa de los honorarios: 30 reales mensuales por una asignatura aislada de 2ª enseñanza. 60 idem sea cualquiera el número de ellas que el alumno estudie. 60 idem matemáticas para carreras especiales. 40 idem comercio. 40 idem lenguas.» (La Discusión. Diario democrático [No más reyes. Viva la República], Madrid, Domingo 17 de enero de 1869, año XIV, nº 89, pág. 3.)
Fernando Lozano ya había formado una familia, junto con Rafaela Rey Pontes († 5 diciembre 1901), y el 4 de mayo de 1870 nació su hija Rafaela Lozano Rey. Ejercía como oficial de la administración militar, vinculado a la Academia de Administración Militar, y ya catedrático popular y profesor de una academia privada, decidió también comenzar estudios reglados universitarios. En el Archivo Histórico Nacional se conservan sus expedientes como alumno de la Universidad Central (en la Facultad de Filosofía y Letras, 1869-1871, donde se licenció, y en la Facultad de Derecho, 1870-1871).
Pero sólo quince días después de publicado el decreto que autorizaba las cátedras libres, estos tres jóvenes y pioneros catedráticos populares gratuitos, junto con otros menores de veinticinco años, como Urbano González Serrano, aparecen anunciados en el mismo periódico republicano La Discusión entre el cuadro de profesores de la Academia, de pago, de la calle de la Luna 18:
«Academia. Recomendamos eficazmente a nuestros lectores la nuevamente abierta en la calle de la Luna, núm. 18, cuarto principal. El mayor elogio que de ella podemos hacer es publicar el cuadro de los profesores que se hallan a su frente. Hele aquí: Cuadro de profesores. Sección de Filosofía y Letras. –D. José Hidalgo y Martínez. –D. Eusebio Ruiz Chamorro. –D. Urbano González Serrano. Sección de Ciencias. –D. Eduardo Lozano y Ponce de León. –D. José Mirete y Visedo. Sección de Derecho. –D. Eusebio Ruiz Chamorro. –D. Urbano González Serrano. Sección de Estudios especiales. –D. Fernando Lozano y Montes. –D. José Luis Giner de los Ríos. –D. Rafael Langa y Madrona. He aquí ahora la tarifa de los honorarios: 30 reales mensuales por una asignatura aislada de 2ª enseñanza. 60 idem sea cualquiera el número de ellas que el alumno estudie. 60 idem matemáticas para carreras especiales. 40 idem comercio. 40 idem lenguas.» (La Discusión. Diario democrático [No más reyes. Viva la República], Madrid, Domingo 17 de enero de 1869, año XIV, nº 89, pág. 3.)
Fernando Lozano ya había formado una familia, junto con Rafaela Rey Pontes († 5 diciembre 1901), y el 4 de mayo de 1870 nació su hija Rafaela Lozano Rey. Ejercía como oficial de la administración militar, vinculado a la Academia de Administración Militar, y ya catedrático popular y profesor de una academia privada, decidió también comenzar estudios reglados universitarios. En el Archivo Histórico Nacional se conservan sus expedientes como alumno de la Universidad Central (en la Facultad de Filosofía y Letras, 1869-1871, donde se licenció, y en la Facultad de Derecho, 1870-1871).