En la política, como en todo, se nos han colado muchos Golfos, Sinvergüenzas, y Ladrones.
Nos encontramos con un gran problema, y una gran contradicción, cuando una persona de estas características quiere protagonismo, y prosperar sin escrúpulos, a costa de lo que sea, se coloca una etiqueta, y se cuela por la puerta falsa, (da igual el partido) en la candidatura, y ya tiene asegurado el voto tradicional de ese partido, de esta manera, tenemos a radicales de Izquierdas en la derecha, o viceversa, con el agravante, de que aquí, en poblaciones pequeñas, ¡los conocemos y les votamos! Simplemente porque van en nuestro partido, los militantes y simpatizantes, tienen mucha culpa, porque no los denunciamos, por eso hasta perdemos el poder, o nos da vergüenza, criticarles, sin darnos cuenta, que al no usar la autocrítica, perjudicamos nuestros ideales y a nuestro partido, protegemos al oportunista, con lo cual, se pierde la confianza en los políticos, de ahí la frase injusta tan escuchada de: ¡todos son iguales! Está frase, es destructiva y demoledora, para la persona de buena fe, y la desanima, parece que tienes que ser: Golfo, Sinvergüenza, y Ladrón, o no eres un buen político. Con frecuencia escuchamos al que está criticando, que contesta: ¡Yo haría lo mismo y además se jacta de ello! Es lo que estamos generando.
Tenemos que ir a las listas abiertas, donde figure cada una con su nombre, y el más votado debería ser el Alcalde, lo demás es jugar con cartas marcadas.
Nos encontramos con un gran problema, y una gran contradicción, cuando una persona de estas características quiere protagonismo, y prosperar sin escrúpulos, a costa de lo que sea, se coloca una etiqueta, y se cuela por la puerta falsa, (da igual el partido) en la candidatura, y ya tiene asegurado el voto tradicional de ese partido, de esta manera, tenemos a radicales de Izquierdas en la derecha, o viceversa, con el agravante, de que aquí, en poblaciones pequeñas, ¡los conocemos y les votamos! Simplemente porque van en nuestro partido, los militantes y simpatizantes, tienen mucha culpa, porque no los denunciamos, por eso hasta perdemos el poder, o nos da vergüenza, criticarles, sin darnos cuenta, que al no usar la autocrítica, perjudicamos nuestros ideales y a nuestro partido, protegemos al oportunista, con lo cual, se pierde la confianza en los políticos, de ahí la frase injusta tan escuchada de: ¡todos son iguales! Está frase, es destructiva y demoledora, para la persona de buena fe, y la desanima, parece que tienes que ser: Golfo, Sinvergüenza, y Ladrón, o no eres un buen político. Con frecuencia escuchamos al que está criticando, que contesta: ¡Yo haría lo mismo y además se jacta de ello! Es lo que estamos generando.
Tenemos que ir a las listas abiertas, donde figure cada una con su nombre, y el más votado debería ser el Alcalde, lo demás es jugar con cartas marcadas.