Un bonito
monumento al humilde hombre de la
huerta, cuantas lechugas, tomates, pimientos, cebolla, ajos, berenjenas y tantos otros productos de la huerta cultivados con tus manos ofreciste a los demás
fruto de tu trabajo con el sudor de tu frente, mientras otros con falsedad mentira y engaño de mendicidad logran no doblar el lomo para el sustento del día a día de su vida.