Las cruces procesionales debieron ser muy usadas, al menos, desde el siglo IV. Estaban profusamente decoradas. Presidían las funciones religiosas y en otras ocasiones eran portadas por alguna persona. Antes del siglo VIII esta cruz colgaba del altar. A partir de entonces, empezó a colocarse sobre los altares o en los retablos sobre una punta o espigón inferior. En la actualidad, algunas cruces procesionales góticas conservan este espigón. La costumbre de que la cruz procesional colgase del altar...