Maar de la Laguna Blanca (38º-45' N / 4º-4' W) se sitúa al norte del casco urbano de Argamasilla de Calatrava. El cráter en el que se aloja se generó en una erupción freatomagmática asociada al ascenso de los magmas que dieron lugar a la alineación de los edificios volcánicos de Cabeza Parda de Santa María. La apertura del cráter freatomagmático es posterior a la aparición de los conos que forman el complejo eruptivo magmático. La erupción se produce en el Pleistoceno medio-superior y origina un amplio maar cuyo anillo de tobas recubre los piroclastos de caída de los conos estromboliano situados al noroeste. Los depósitos de oleadas basales presentan facies masivas y planares con estratificación cruzada y deformaciones por carga. La presencia de bloques del sustrato paleozoico (esquistos del Cámbrico) es muy abundante, así como los pertenecientes al relleno terciario de la cuenca.
El anillo de tobas que rodea el cráter de Laguna Blanca está formado por depósitos de oleadas piroclásticas basales y brechas de explosión que descansan directamente sobre los piroclastos de caída de los dos centros emisores que forman la alineación de Cabeza Parda. Estos depósitos están formados por lapilli grueso, negros, escasamente vesiculados, y sueltos, entre los que se intercala algunas bombas redondeadas de pequeño tamaño y escorias con grandes vacuolas en las que se han producido tapizados internos y rellenos parciales de carbonatos. Los depósitos freatomagmáticos de Laguna Blanca se inician con una capa de escasa potencia que forma una brecha de explosión constituida por material del sustrato, intensamente fragmentado, sobre la que se emplazan sucesivos depósitos de oleadas húmedas que van haciéndose progresivamente más secas a techo de la formación y en las zonas distales. El depósito está integrado por la roca de caja pulverizada que engloba líticos magmáticos juveniles, clastos del sustrato paleozoico, ocasionalmente de tamaño bloque, y lentejones de piroclastos de caída, posiblemente incorporados a la oleada por procesos erosivos. La inclinación de las capas es 25 º en el borde del cráter, pasando suavemente a posiciones subhorizontales en espacios distales donde también aparecen ondulaciones de gran longitud de onda, estratificación cruzada y deformaciones por carga. Los depósitos presentan puntualmente estructuras de deshinchamiento y fuerte litificación. No hay evidencia de la presencia de lapilli acrecional.
El volcán de Cabeza Parda de Santa María (38º-46' N / 4º-05' W) está formado por dos conos constituidos por piroclastos de caída (lapilli, escorias y bombas) no soldados. En la cima del cono de mayor volumen se distinguen dos pequeñas depresiones que podrían corresponderse con dos bocas de emisión. El edificio de menores dimensiones emitió pequeños derrames lávicos (spatter) que quedaron recubriendo su área cimera. En su ladera sureste se aprecia una fisura por la que eventualmente se emite CO2 en cantidad suficiente como para impedir o aminorar el normar desarrollo de la vegetación y los cultivos. Al sur de la alineación Cabeza Parda-Laguna Blanca, se extiende un depósito volcánico, muy alterado en superficie, que podría corresponderse con material hidromagmático perteneciente a la depresión circular sobre la que se asienta el casco urbano de Argamasilla y a los depósitos de la gran explosión que abrió el cráter de El Rinconcillo. El material emitido es basalto olivínico.
En las sierras que por el sur separan la cuenca de Argamasilla del sinclinal de Puertollano se producen procesos eruptivos que dan lugar a la formación de edificios volcánicos de pequeñas dimensiones, que progresivamente van alcanzando mayor entidad a medida que nos movemos hacia el este de la sierra. Los topónimos son muy sugerentes: Cerro Mulatón, Hoyas Altas, Hoya Honda. Berrocal, Navalonguilla, Cerro Negro...
El anillo de tobas que rodea el cráter de Laguna Blanca está formado por depósitos de oleadas piroclásticas basales y brechas de explosión que descansan directamente sobre los piroclastos de caída de los dos centros emisores que forman la alineación de Cabeza Parda. Estos depósitos están formados por lapilli grueso, negros, escasamente vesiculados, y sueltos, entre los que se intercala algunas bombas redondeadas de pequeño tamaño y escorias con grandes vacuolas en las que se han producido tapizados internos y rellenos parciales de carbonatos. Los depósitos freatomagmáticos de Laguna Blanca se inician con una capa de escasa potencia que forma una brecha de explosión constituida por material del sustrato, intensamente fragmentado, sobre la que se emplazan sucesivos depósitos de oleadas húmedas que van haciéndose progresivamente más secas a techo de la formación y en las zonas distales. El depósito está integrado por la roca de caja pulverizada que engloba líticos magmáticos juveniles, clastos del sustrato paleozoico, ocasionalmente de tamaño bloque, y lentejones de piroclastos de caída, posiblemente incorporados a la oleada por procesos erosivos. La inclinación de las capas es 25 º en el borde del cráter, pasando suavemente a posiciones subhorizontales en espacios distales donde también aparecen ondulaciones de gran longitud de onda, estratificación cruzada y deformaciones por carga. Los depósitos presentan puntualmente estructuras de deshinchamiento y fuerte litificación. No hay evidencia de la presencia de lapilli acrecional.
El volcán de Cabeza Parda de Santa María (38º-46' N / 4º-05' W) está formado por dos conos constituidos por piroclastos de caída (lapilli, escorias y bombas) no soldados. En la cima del cono de mayor volumen se distinguen dos pequeñas depresiones que podrían corresponderse con dos bocas de emisión. El edificio de menores dimensiones emitió pequeños derrames lávicos (spatter) que quedaron recubriendo su área cimera. En su ladera sureste se aprecia una fisura por la que eventualmente se emite CO2 en cantidad suficiente como para impedir o aminorar el normar desarrollo de la vegetación y los cultivos. Al sur de la alineación Cabeza Parda-Laguna Blanca, se extiende un depósito volcánico, muy alterado en superficie, que podría corresponderse con material hidromagmático perteneciente a la depresión circular sobre la que se asienta el casco urbano de Argamasilla y a los depósitos de la gran explosión que abrió el cráter de El Rinconcillo. El material emitido es basalto olivínico.
En las sierras que por el sur separan la cuenca de Argamasilla del sinclinal de Puertollano se producen procesos eruptivos que dan lugar a la formación de edificios volcánicos de pequeñas dimensiones, que progresivamente van alcanzando mayor entidad a medida que nos movemos hacia el este de la sierra. Los topónimos son muy sugerentes: Cerro Mulatón, Hoyas Altas, Hoya Honda. Berrocal, Navalonguilla, Cerro Negro...