La verdad es que tiene razón, yo fue ver al nuevo Cristo (no lo vi porque estaba de resaca, pero me lo dijeron) y perder la devoción, se le quitan a uno las ganas de ir a la procesión e ir directamente al bar a coger sitio para las cañas, esperemos que no llueva porque sería una pena que nos perdieramos un día en el que todos nos reunimos en el bar a beber y compartir nuestra devoción, la cual sería mucho más grande si el cristo pasara por la puerta de todos los bares del pueblo, no faltariamos nadie y no discutiríamos el aspecto del Cristo, si el de las raciones y tapas.