Eramos un grupo
joven de
amigos de buena afinidad y hábitos comunes. Aún recuerdo los
paseos por la
calle principal y la
carretera, que era el recorrido mas habitual. Compartiamos experiencias y chirigotas y esperabamos con impaciencia el fin de semana para nuestros primeros
bailes. Fueron momentos gratos, llenos de plenitud. La
juventud es una bonita etapa, es ahí cuando los amigos son muy tenidos en cuenta, en sus movimientos, sentimientos e inquietudes. Esta
felicidad, de esa época, marcará otros instantes decisivos de tu vida. Te puede ayudar a ser distinto, incluso mejor, será gratificante si se vive con plenitud y permacerá en el recuerdo por siempre en nuestro interior.