El
carro con lanza antiguo, para acarrear las mieses y usarlo en las
fiestas para construir la
plaza de toros, me trae bonitos recuerdos. La maquinas primeras de aventar el grano, reclamaban la atención de todos los chavales. Fueron momentos de sudor y trabajo duro para nuestros mayores, pero generaban ilusión a todos los mozalbetes, que jugabamos todas las tardes en
las eras de la Hermandad de labradores. En esta
fotografía podemos apreciar, dos de estos viejos
amigos del labrador, que tanto ayudaron cumpliendo el cometido, para el que fueron diseñados.