Así, lo denominabamos todos los de la localidad, chicos y chicas. Nos gustaba subir a lo alto y divisar todo el
paisaje. Igualmente nos servia en nuestras batallas, con
piedras, flechas y espadas de madera, para celebrar nuestras guerras particulares. Son momentos de los primeros años de nuestra
juventud, que todos nosotros, ya por
tradición celebrabamos y participabamos.