EL REY OBSEQUIA A LA INFANTA ELENA CON UN REGALO MANCHEGO TOTAL
Lo cuenta este viernes El Confidencial Digital. El Rey Juan Carlos ha querido animar a su hija mayor, la infanta Elena, recientemente divorciada, regalándola una tirada de perdices con un selecto grupo de amigos en una finca de Castilla-La Mancha, concretamente en la provincia de Ciudad Real, el pasado 14 de diciembre.
Se trata de la finca La Encomienda de Mudela, en los términos municipales de Viso del Marqués, CALZADA DE CALATRAVA y Santa Cruz de Mudela, en pleno Campos de Calatrava, provincia de Ciudad Real, un precioso balcón con vistas a la Sierra Morena Oriental. La finca, según El Confidencial, pasa por ser el paraíso para la caza de la perdiz roja, tan escasa ella en estos tiempos que corren.
Adquirida por el Estado en 1954, sus 17.295 hectáreas fueron distribuidas en régimen de arrendamiento entre 229 empresarios agrícolas por el entonces Instituto Nacional de Colonización, que dedican la tierra a la explotación en secano (cebada) y a la ganadería extensiva (ovino y vacuno), pero que tienen la caza arrendada a Parques Nacionales (Ministerio de Medio Ambiente).
Reservada a la Casa Real
El contrato de arrendamiento para aprovechamiento de la caza menor afecta a 14.265 de aquellas hectáreas, y esa caza (donde antes pego tiros Francisco Franco con profusión) está reservada por el ministerio a la Casa Real, es decir, al Rey, que organiza al año 4 ó 5 grandes ojeos de perdices.
Además de helipuerto, la Encomienda cuenta con el precioso Palacete de Mudela, decimonónico e historicista, lugar de residencia y albergue para los cazadores. El lunes 14 de esta semana tuvo lugar la cacería, y la escopeta de la infanta (dicen que muy buena puntería la suya) estuvo acompañada por un miembro de la Casa de Bulgaria, un Abelló, un March, un Gut, un Botín y un Navarro Zoppas. Hasta ocho escopetas en total, todo gente de la misma generación, amigos personales de la infanta Elena.
No participó el Rey, y tampoco el príncipe Felipe, que ha perdido mucha afición, dicen, aunque hay quien sugiere que a la fuerza ahorcan, porque a la princesa Letizia no le gusta la caza ni poco ni mucho. Es decir, nada. Cayeron algo más de 1.300 perdices, y el estruendo de los disparos fue constante, perfectamente perceptible desde fincas como la Valbueno y otras, todas idóneas para la caza menor.
Fuente: www. eldigitalcastillalamancha. es
http://www. eldigitalcastillalamancha. es/articulo. asp? idarticulo=63929
Lo cuenta este viernes El Confidencial Digital. El Rey Juan Carlos ha querido animar a su hija mayor, la infanta Elena, recientemente divorciada, regalándola una tirada de perdices con un selecto grupo de amigos en una finca de Castilla-La Mancha, concretamente en la provincia de Ciudad Real, el pasado 14 de diciembre.
Se trata de la finca La Encomienda de Mudela, en los términos municipales de Viso del Marqués, CALZADA DE CALATRAVA y Santa Cruz de Mudela, en pleno Campos de Calatrava, provincia de Ciudad Real, un precioso balcón con vistas a la Sierra Morena Oriental. La finca, según El Confidencial, pasa por ser el paraíso para la caza de la perdiz roja, tan escasa ella en estos tiempos que corren.
Adquirida por el Estado en 1954, sus 17.295 hectáreas fueron distribuidas en régimen de arrendamiento entre 229 empresarios agrícolas por el entonces Instituto Nacional de Colonización, que dedican la tierra a la explotación en secano (cebada) y a la ganadería extensiva (ovino y vacuno), pero que tienen la caza arrendada a Parques Nacionales (Ministerio de Medio Ambiente).
Reservada a la Casa Real
El contrato de arrendamiento para aprovechamiento de la caza menor afecta a 14.265 de aquellas hectáreas, y esa caza (donde antes pego tiros Francisco Franco con profusión) está reservada por el ministerio a la Casa Real, es decir, al Rey, que organiza al año 4 ó 5 grandes ojeos de perdices.
Además de helipuerto, la Encomienda cuenta con el precioso Palacete de Mudela, decimonónico e historicista, lugar de residencia y albergue para los cazadores. El lunes 14 de esta semana tuvo lugar la cacería, y la escopeta de la infanta (dicen que muy buena puntería la suya) estuvo acompañada por un miembro de la Casa de Bulgaria, un Abelló, un March, un Gut, un Botín y un Navarro Zoppas. Hasta ocho escopetas en total, todo gente de la misma generación, amigos personales de la infanta Elena.
No participó el Rey, y tampoco el príncipe Felipe, que ha perdido mucha afición, dicen, aunque hay quien sugiere que a la fuerza ahorcan, porque a la princesa Letizia no le gusta la caza ni poco ni mucho. Es decir, nada. Cayeron algo más de 1.300 perdices, y el estruendo de los disparos fue constante, perfectamente perceptible desde fincas como la Valbueno y otras, todas idóneas para la caza menor.
Fuente: www. eldigitalcastillalamancha. es
http://www. eldigitalcastillalamancha. es/articulo. asp? idarticulo=63929