Ese día cumplía los años Tere la de la calle Ancha y yo había estado toda la semana pensando en un regalo. Al final compré una medalla de la Virgen de la Paz y estuve todo el día nervioso esperando el momento para poder entregarsela. Como no la ví pasar como de costumbre, me acerque a su casa y cúal fue mi sorpresa que me dijeron que se había ido a Madrid.
Me quedé desconsolado pensando que no la volvería a ver y subí corriendo a la Virgen de la Paz para dejar la medalla en el altar y pedir que no se quedara allí. Regresé a casa y me quedé dormido con su imagen en mi memoria.
Al día siguiente me enteré que solo se marcho por unos días.
¡Eso sí fue un regalo para mí!
Me quedé desconsolado pensando que no la volvería a ver y subí corriendo a la Virgen de la Paz para dejar la medalla en el altar y pedir que no se quedara allí. Regresé a casa y me quedé dormido con su imagen en mi memoria.
Al día siguiente me enteré que solo se marcho por unos días.
¡Eso sí fue un regalo para mí!