Según la leyenda, el ibis es el último animal que se refugia antes de un huracán y el primero en reaparecer después del mismo. El que haya disfrutado de la silueta y vuelo de esta ave en un humedal al atardecer podrá entender el porqué.
En Europa podemos encontrar el ibis morito común, es considerado como especie nidificante.
La población europea de morito común se encuentra entre las 14.000 y 18.000 parejas. La mayoría se encuentran en los mares Negro y Caspio. En España la población se encuentra en expansión y se reparte entre las marismas del Guadalquivir, el Guadiana Internacional, el delta del Ebro y los humedales de El Hondo y Santa Pola, ubicados en el sur de Alicante.
Es una especie gregaria, que nidifica de forma colonial. Es fácil verla junto a cigüeñas y garzas. Suele criar en el carrizo aunque hay citas de cría en ramas de taray o en arboles de pequeño porte. Aunque esta especie es muy susceptible a los cambios de su medio natural, se beneficia de una temprana madurez sexual. Los últimos estudios han demostrado que algunas de estas aves son capaces de criar al año de existencia.
Se trata de una especie dispersiva y migradora que suele cruzar el Estrecho de Gibraltar. Incluso hay citas de aves nacidas en el delta del Ebro que han llegado hasta Francia y, en los últimos años, hay avistamientos de moritos en Reino Unido llegados desde Europa continental. Los primeros moritos regresan a la zona de cría en diciembre aunque el periodo de cría es de abril a julio. Cada puesta es de tres a seis huevos de color verde azulado. Tanto el macho como la hembra se alternan para incubar los huevos que eclosionan al cabo de 21 días.
El morito común es muy vulnerable a los pesticidas que se aplican en los arrozales donde habita. El otro gran problema al que se enfrenta esta especie es que sus poblaciones son reducidas y se encuentran muy separadas unas de otras.
En Europa podemos encontrar el ibis morito común, es considerado como especie nidificante.
La población europea de morito común se encuentra entre las 14.000 y 18.000 parejas. La mayoría se encuentran en los mares Negro y Caspio. En España la población se encuentra en expansión y se reparte entre las marismas del Guadalquivir, el Guadiana Internacional, el delta del Ebro y los humedales de El Hondo y Santa Pola, ubicados en el sur de Alicante.
Es una especie gregaria, que nidifica de forma colonial. Es fácil verla junto a cigüeñas y garzas. Suele criar en el carrizo aunque hay citas de cría en ramas de taray o en arboles de pequeño porte. Aunque esta especie es muy susceptible a los cambios de su medio natural, se beneficia de una temprana madurez sexual. Los últimos estudios han demostrado que algunas de estas aves son capaces de criar al año de existencia.
Se trata de una especie dispersiva y migradora que suele cruzar el Estrecho de Gibraltar. Incluso hay citas de aves nacidas en el delta del Ebro que han llegado hasta Francia y, en los últimos años, hay avistamientos de moritos en Reino Unido llegados desde Europa continental. Los primeros moritos regresan a la zona de cría en diciembre aunque el periodo de cría es de abril a julio. Cada puesta es de tres a seis huevos de color verde azulado. Tanto el macho como la hembra se alternan para incubar los huevos que eclosionan al cabo de 21 días.
El morito común es muy vulnerable a los pesticidas que se aplican en los arrozales donde habita. El otro gran problema al que se enfrenta esta especie es que sus poblaciones son reducidas y se encuentran muy separadas unas de otras.