La catedralilla, como la llamaba mi hija cuando era pequeña, es un lugar precioso pero, como todo en este santopueblo, dejado de la mano de Dios y, sobre todo, de los hombres que tienen la obligacion de cuidarlo para disfrute de todos los ciudadanos. Para ello fueron elegidos.
En lugar de hacerlo, el recinto esta lleno de matojos y los arboles que se sembraron hace años siguen raquiticos, por falta de cuidado. La ermita, al menos, sirve para solaz de los pajaros ¡a mi no me importa porque soy ecologista!... Al fondo encontarmos la ermita de San isidro donde todos lo sdel pueblo el día de la romeria salen a comer, bailar y divertirse.