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EL HOYO: Carlos: pensé que el tiempo podría llegar a cicatrizar...

Carlos: pensé que el tiempo podría llegar a cicatrizar la herida de tu ausencia, pero aquí estoy, como el primer día, con la herida abierta y bien abierta, todavía no acepto el no encontrarte entre tu familia, me derrumbo cuando miro a los ojos de tus hijos y sólo te veo a ti, si abrazo a tu madre o a tu mujer me quedo sin palabras, aún me ahoga el dolor...

Si hoy tuviéramos que hablar de algo, como tantas y tantas veces hemos hablado, te contaría lo que es envejecer, cómo se va apagando el brillo en la mirada, cómo empiezan a fallar las articulaciones, cómo se va escribiendo el tiempo en la piel... Alguien dijo que los jóvenes se mueven por las ilusiones y a los viejos solamente le hacen vivir los recuerdos, por esto sé ciertamente que estoy envejeciendo, porque cada vez tengo menos ilusiones y se están apoderando de mí los recuerdos.

Hoy nuevamente te puedo asegurar que no te he olvidado, que en el libro de mi vida apareces en muchas páginas, en mi infancia, adolescencia, juventud e incluso en mi madurez, estás omnipresente y tan vivo como siempre, también en el complejo planeta de mis recuerdos ocupas un lugar muy importante.

Gabriel García Márquez, recientemente fallecido, decía que "recordar es fácil para quien tiene memoria, olvidar es difícil para quien tiene corazón".

Tu amigo siempre,

SABAS