HOMENAJE A CARLOS -2024-
"Mientras habites en la memoria y en el corazón de alguien, no habrás muerto del todo"
Como cada año, en cada primavera, acudo fiel a la cita, al reencuentro que mantenemos desde el 2011, cuando emprendiste tu último viaje, desde entonces nos alimentamos de los recuerdos, que salpican intermitentemente, a ráfagas, como haces de luz, van y vienen como las olas, cosquilleando a veces, arañando otras e incluso haciéndose incisivos hasta causar dolor. Desde tu partida hemos tenido que aprender a vivir sin ti, a aceptar que la vida es así y conformarnos con tu silencio, ese silencio hiriente que deja siempre huérfana nuestra conversación, aún así, quiero pensar que siempre estás ahí, al otro lado, acechando, observando, con información privilegiada sobre ese "más allá" que en más de una ocasión fue el tema de nuestras conversaciones.
Hoy, en mis horas de soledad, recuerdo aquellos años de infancia, adolescencia y juventud que compartimos, posiblemente los más felices de nuestra vida, un mundo idílico al margen de aquel entorno de carencias, represión y miedo, fruto de la posguerra y la dictadura, pero nosotros vivíamos ignorantes e inconscientes de los problemas políticos y sociales, nos encerrábamos en nuestra burbuja donde solamente cabían las fiestas patronales y las romerías, las ilusiones a corto, medio y largo plazo, las canciones del verano y los primeros amores, tan intensos como efímeros, ya que duraban lo que dura un verano...
Hoy, como cada año, quisiera recordarte que sigue doliéndome tu ausencia, pero la vida sigue y sigue, insensible y sin miramientos, fulminado personajes, modificando escenarios, pero hemos de quedarnos con lo positivo que hay en todo esto, esa gran tabla de salvación que se llama Memoria y nos administra Recuerdos, para que nada de lo que queremos, caiga en el olvido.
Siempre abrazado al recuerdo,
SABAS
"Mientras habites en la memoria y en el corazón de alguien, no habrás muerto del todo"
Como cada año, en cada primavera, acudo fiel a la cita, al reencuentro que mantenemos desde el 2011, cuando emprendiste tu último viaje, desde entonces nos alimentamos de los recuerdos, que salpican intermitentemente, a ráfagas, como haces de luz, van y vienen como las olas, cosquilleando a veces, arañando otras e incluso haciéndose incisivos hasta causar dolor. Desde tu partida hemos tenido que aprender a vivir sin ti, a aceptar que la vida es así y conformarnos con tu silencio, ese silencio hiriente que deja siempre huérfana nuestra conversación, aún así, quiero pensar que siempre estás ahí, al otro lado, acechando, observando, con información privilegiada sobre ese "más allá" que en más de una ocasión fue el tema de nuestras conversaciones.
Hoy, en mis horas de soledad, recuerdo aquellos años de infancia, adolescencia y juventud que compartimos, posiblemente los más felices de nuestra vida, un mundo idílico al margen de aquel entorno de carencias, represión y miedo, fruto de la posguerra y la dictadura, pero nosotros vivíamos ignorantes e inconscientes de los problemas políticos y sociales, nos encerrábamos en nuestra burbuja donde solamente cabían las fiestas patronales y las romerías, las ilusiones a corto, medio y largo plazo, las canciones del verano y los primeros amores, tan intensos como efímeros, ya que duraban lo que dura un verano...
Hoy, como cada año, quisiera recordarte que sigue doliéndome tu ausencia, pero la vida sigue y sigue, insensible y sin miramientos, fulminado personajes, modificando escenarios, pero hemos de quedarnos con lo positivo que hay en todo esto, esa gran tabla de salvación que se llama Memoria y nos administra Recuerdos, para que nada de lo que queremos, caiga en el olvido.
Siempre abrazado al recuerdo,
SABAS