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Solo pido que nos nos falle la memoria.
Exhumados siete cadáveres en un antiguo cementerio de la aldea de Fontanosas
Fueron fusilados en julio de 1941 por colaborar con los maquis
Graci Galán / almodóvar
El alcalde pedáneo de Fontanosas, aldea perteneciente a Almodóvar del Campo, y las familias de los siete fallecidos promovieron la exhumación de los cadáveres que han sido encontrados perfectamente alineados en dos zanjas paralelas a la entrada de lo que hasta finales de los años 40 era el cementerio de la aldea. Los cuerpos han sido localizados por un equipo de antropólogos y arqueológos coordinado, en el aspecto técnico, por Francisco Etxebarría -profesor de medicina forense en la Universidad del País Vasco-; estaban boca abajo y con el cráneo destrozado, según los investigadores tras recibir algún disparo de arma de fuego; en su localización resultó fundamental la aparición de abarcas y zapatillas, “porque aquéllos que podían calzarse zapatos en esa época no le ocurrían estas cosas”, aseguró Etxebarría a este diario. “Se trata de un enterramiento con algunas peculiariades, dado que este tipo de sepulturas o bien se hacían en los extramuros del cementerio, o bien en el monte, al considerar que los republicanos eran agnosticos, y no dentro como en este caso . Otro detalle singular, apuntó el antropólogo, radica en la posición de los cuerpos, no el hecho de estar boca abajo porque era el considerado doble castigo tras el fusilamiento, sino en su colocación en dos zanjas, sin estar los cuerpos amontonados, y perpendiculares a lo que era el resto de enterramientos en el camposanto”.
El equipo de profesionales colaboradores de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica no sólo excavaron la fosa para encontrar los cuerpos que después serán estudiados para identinficarlos con exactitud, sino también recabaron datos, recuerdos a través de las entrevistas realizadas a los vecinos de Fontanosas. De hecho, Emilio Valiente, alcalde pedáneo, aseguró que “en la aldea siempre se ha hablado de lo acontecido en julio de 1941, pero faltaba la confirmación real de que aquello era más que una simple leyenda”. Los huesos aparecieron en buen estado de conservación, lo que ha facilitado los primeros trabajos de identificación de los investigadores.
Siguiendo muy de cerca estos trabajos pudo verse a algunos familiares de los fusilados. José Escribano Mansilla se alegró al saber que iba a recuperar los restos de su padre, de un hermano y de dos tíos suyos, y, a pesar de tener entonces siete años, recuerda que “aquel primero de julio había niebla y llovía, me avisaron que se llevaban a toda la familia para fusilarla por colaborar con los maquis, algo que es incierto; mi madre, que no dejó de llorar en unos días, después me contó todo lo que había pasado, y cómo varios parientes sobrevivieron a aquello”.
Hasta Fontanosas llegaron de la mano de Francisco Ferrandiz y Julián López antropólogos encargados de la coordinación del trabajo, y al margen del mencionado Etxebarría considerado auténtico especialista en la exhumación de fosas de la época, los licenciados en historia Jimi Jiménez, Andrea Alonso, los antropólogos Yolanda Sobrino y Carmen Rissech y el biólogo Luis Ríos. Profesores llegados de universidades de Madrid, Barcelona o País Vasco.
Solo pido que nos nos falle la memoria.
Exhumados siete cadáveres en un antiguo cementerio de la aldea de Fontanosas
Fueron fusilados en julio de 1941 por colaborar con los maquis
Graci Galán / almodóvar
El alcalde pedáneo de Fontanosas, aldea perteneciente a Almodóvar del Campo, y las familias de los siete fallecidos promovieron la exhumación de los cadáveres que han sido encontrados perfectamente alineados en dos zanjas paralelas a la entrada de lo que hasta finales de los años 40 era el cementerio de la aldea. Los cuerpos han sido localizados por un equipo de antropólogos y arqueológos coordinado, en el aspecto técnico, por Francisco Etxebarría -profesor de medicina forense en la Universidad del País Vasco-; estaban boca abajo y con el cráneo destrozado, según los investigadores tras recibir algún disparo de arma de fuego; en su localización resultó fundamental la aparición de abarcas y zapatillas, “porque aquéllos que podían calzarse zapatos en esa época no le ocurrían estas cosas”, aseguró Etxebarría a este diario. “Se trata de un enterramiento con algunas peculiariades, dado que este tipo de sepulturas o bien se hacían en los extramuros del cementerio, o bien en el monte, al considerar que los republicanos eran agnosticos, y no dentro como en este caso . Otro detalle singular, apuntó el antropólogo, radica en la posición de los cuerpos, no el hecho de estar boca abajo porque era el considerado doble castigo tras el fusilamiento, sino en su colocación en dos zanjas, sin estar los cuerpos amontonados, y perpendiculares a lo que era el resto de enterramientos en el camposanto”.
El equipo de profesionales colaboradores de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica no sólo excavaron la fosa para encontrar los cuerpos que después serán estudiados para identinficarlos con exactitud, sino también recabaron datos, recuerdos a través de las entrevistas realizadas a los vecinos de Fontanosas. De hecho, Emilio Valiente, alcalde pedáneo, aseguró que “en la aldea siempre se ha hablado de lo acontecido en julio de 1941, pero faltaba la confirmación real de que aquello era más que una simple leyenda”. Los huesos aparecieron en buen estado de conservación, lo que ha facilitado los primeros trabajos de identificación de los investigadores.
Siguiendo muy de cerca estos trabajos pudo verse a algunos familiares de los fusilados. José Escribano Mansilla se alegró al saber que iba a recuperar los restos de su padre, de un hermano y de dos tíos suyos, y, a pesar de tener entonces siete años, recuerda que “aquel primero de julio había niebla y llovía, me avisaron que se llevaban a toda la familia para fusilarla por colaborar con los maquis, algo que es incierto; mi madre, que no dejó de llorar en unos días, después me contó todo lo que había pasado, y cómo varios parientes sobrevivieron a aquello”.
Hasta Fontanosas llegaron de la mano de Francisco Ferrandiz y Julián López antropólogos encargados de la coordinación del trabajo, y al margen del mencionado Etxebarría considerado auténtico especialista en la exhumación de fosas de la época, los licenciados en historia Jimi Jiménez, Andrea Alonso, los antropólogos Yolanda Sobrino y Carmen Rissech y el biólogo Luis Ríos. Profesores llegados de universidades de Madrid, Barcelona o País Vasco.