Nuestra Señora de Oreto y Zuqueca, la más grande entre las diosas, reside en esta ermita, tan antigua e importante en la historia. Merece la pena visitar la ermita, aunque estaríamos dichosos de la construcción de una via verde o similar para la gente que va a ella a pie o en bicicleta. Pero tranquilos, todo acabará llegando, aunque ruego a la Virgen que la juventud de este pueblo no se pierda, que no andan por buenos caminos...