Los oretanos (en latín oretani) fueron un pueblo prerromano que habitaron las tierras que van desde Sierra Morena hasta la cuenca del Anas (actual Guadiana), correspondiente a las actuales provincias de Ciudad Real y noreste de Córdoba, oeste de Albacete y al sur la provincia de de Jaén, más allá del Saltus Castulonensis (era llamado así al antiguo limex o frontera entre las provincias romanas de Hispania Citerior e Hispania Ulterior).
La ciudad más grande de la Oretania era Cástulo. Sus gentes, nativas de Sierra Morena y del borde de la meseta sur, controlaban una zona con grandes poblaciones de más de 10 hectáreas de extensión como Sisapo (La Bienvenida), Lacurris o Larcuris (Alarcos - Ciudad Real) o el Cerro de las Cabezas (Valdepeñas), así como amplios territorios de penillanura y sus vías de comunicación. Han pervivido algunos nombres de sus régulos o reyezuelos, como por ejemplo Orissón, único guerrero que consiguió derrotar a los cartagineses en Heliké con una curiosa estratagema (vease Muerte de Amílcar Barca). Al menos en época tardía, pudieron estar bajo el dominio de un único soberano, lo que explicaría el matrimonio de Aníbal con la princesa oretana Himilce, hija del rey de Cástulo, Mucro. La intensa iberización de los oretanos se produce ya en época orientalizante, a juzgar por sus cerámicas. Sus santuarios son los más ricos del mundo ibérico. En Alarcos han aparecido estelas con figuras zoomorfas y existía un arte de gran calidad al servicio de las elites refinadas y poderosas, como lo indican las cerámicas, los bronces y los mismos tesoros argénteos, tan frecuentes en la zona de Sierra Morena. Y en Castellar (Jaén), han sido hallados en el importante santuario de la Cueva de la Lobera más de 3000 exvotos ibericos.
La ciudad más grande de la Oretania era Cástulo. Sus gentes, nativas de Sierra Morena y del borde de la meseta sur, controlaban una zona con grandes poblaciones de más de 10 hectáreas de extensión como Sisapo (La Bienvenida), Lacurris o Larcuris (Alarcos - Ciudad Real) o el Cerro de las Cabezas (Valdepeñas), así como amplios territorios de penillanura y sus vías de comunicación. Han pervivido algunos nombres de sus régulos o reyezuelos, como por ejemplo Orissón, único guerrero que consiguió derrotar a los cartagineses en Heliké con una curiosa estratagema (vease Muerte de Amílcar Barca). Al menos en época tardía, pudieron estar bajo el dominio de un único soberano, lo que explicaría el matrimonio de Aníbal con la princesa oretana Himilce, hija del rey de Cástulo, Mucro. La intensa iberización de los oretanos se produce ya en época orientalizante, a juzgar por sus cerámicas. Sus santuarios son los más ricos del mundo ibérico. En Alarcos han aparecido estelas con figuras zoomorfas y existía un arte de gran calidad al servicio de las elites refinadas y poderosas, como lo indican las cerámicas, los bronces y los mismos tesoros argénteos, tan frecuentes en la zona de Sierra Morena. Y en Castellar (Jaén), han sido hallados en el importante santuario de la Cueva de la Lobera más de 3000 exvotos ibericos.
Buenos días:
Mª Angeles; Veo que estás muy bien preparada en historia.
Ánimo y continua delitandonos con tus conocimientos.
Un abrazo.
Mª Angeles; Veo que estás muy bien preparada en historia.
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