¡Ja, ja, ja! Muy ingenioso, artístico y gracioso, María José. Yo, cuando vivía en Madrid, también preferia el autobús al Metro en horas punta, tan lleno de gente, tan molestos sus accesos con escacaleras para subir y bajar... Lo que ocurre es que, en distancias largas particularmente, el Metro gana en rapidez al autobús. En el autobús, además, uno podía ir mirando la calle, los edificios y los transeúntes; se hacía más fácil evadirse del entorno inmediato que dentro de un vagón de Metro, rodeado por las oscuras paredes del túnel subterráneo.
Al hilo de esto me pregunto si en MONTEVIDEO, la ciudad de PATRICIA OROZCO, existe Metro. En un video de las costumbres montevideñas decían, en tono de broma, que los jóvenes se quedaban en las discotecas toda la noche, porque no había omnibús para volver a casa.
¿Y en la ciudad de MINSK, donde vive OLGA LAZARENKO, habrá Metro también?.
En La Solana no hay Metro ni autobús urbano, se llega andando a todos sitios sin grandes esfuerzos; si uno vive algo retirado del centro del pueblo, puede salir andando de su casa y, en diez o quince minutos, se encontrará en pleno campo, con caminos frente a él que le llevarán entre barbechos de tierra removida, viñas desnudas de hojas, campos sembrados de cereal que verdean tímidamente, montes y liegos agradecidos a las lluvias, pletóricos de musgos, hongos y setas, y olivares con gente que les arranca la madura cosecha de aceitunas.
¡Feliz año 2.009! Una vuelta más, una sucesión de contadas vueltas más... ¿Por qué llevar la cuenta? ¿Alguien se detuvo a contar las vueltas que daba la noria de la feria, aquella noche alegre de fiesta, cuando todo eran risas, luces y alegre compañía?
Al hilo de esto me pregunto si en MONTEVIDEO, la ciudad de PATRICIA OROZCO, existe Metro. En un video de las costumbres montevideñas decían, en tono de broma, que los jóvenes se quedaban en las discotecas toda la noche, porque no había omnibús para volver a casa.
¿Y en la ciudad de MINSK, donde vive OLGA LAZARENKO, habrá Metro también?.
En La Solana no hay Metro ni autobús urbano, se llega andando a todos sitios sin grandes esfuerzos; si uno vive algo retirado del centro del pueblo, puede salir andando de su casa y, en diez o quince minutos, se encontrará en pleno campo, con caminos frente a él que le llevarán entre barbechos de tierra removida, viñas desnudas de hojas, campos sembrados de cereal que verdean tímidamente, montes y liegos agradecidos a las lluvias, pletóricos de musgos, hongos y setas, y olivares con gente que les arranca la madura cosecha de aceitunas.
¡Feliz año 2.009! Una vuelta más, una sucesión de contadas vueltas más... ¿Por qué llevar la cuenta? ¿Alguien se detuvo a contar las vueltas que daba la noria de la feria, aquella noche alegre de fiesta, cuando todo eran risas, luces y alegre compañía?