Tienes razón, OCTAVIO, las islas Canarias, son la región española más transformada por el sector turístico; aunque tiene encantadoras particularidades, como son su clima, su geografía volcánica, la vegetación de laurisilva (existen varios parques naturales), su agricultura tropical con sus cuevas captadoras de agua, el lenguaje silbado, el drago milenario, su música tradicional, los carnavales, etc. Lo cierto es que, desde hace varias décadas, es un destino turístico masivo para ingleses, alemanes y españoles de la península; por lo que el gran desarrollo turístico ha eclipsado en gran medida la cultura típica.
Por Ciudad Real se siguen viendo pocos ingleses y alemanes, sí muchos rumanos, ecuatorianos y bolivianos, que no están de turismo sino trabajando, forman parte de la población inmigrante por motivos laborales, o búsqueda de mejores perspectivas vitales. Y las casonas siguen existiendo en muchos pueblos, aunque algunas se han derribado con pocos miramientos, y respeto a sus valores histórico-artísticos.
Almagro y Villanueva de los Infantes, antiguas villas cabezas de gobernación de los campos de Calatrava y Montiel, son las que mejor patrimonio histórico-artístico conservan. En La Solana se conserva un puñado de casonas hidalgas, con sus escudos heráldicos de piedra incrustados en los muros, como la mal llamada de "La Encomienda" que tú señalas, Octavio. Digo mal llamada, porque la verdadera casa de la Encomienda -que era una institución propia de las Órdenes Militares- era la casa contigua, o de Travesedo; lamentablemente demolida, pues era, probablemente, la más antigua y documentada del pueblo.
Muchas de estas casonas antiguas se han rehabilitado y puesto en uso, bien como centros culturales, administrativos, de ocio, hostales y restauración, etc. Recuerdo que estuve una noche cenando en un pueblo de los alrededores, Santa Cruz de Mudela, en una de estas magníficas casonas hidalgas rehabilitadas con gran acierto, con un restaurante de postín y habitaciones para posar.
Aquí en La Solana, han abierto hace unos meses, en una antigua bodega transformada a propósito, un hotel-rural, con restaurante y doce habitaciones; conserva el típico patio empedrado, su porches con columnas de piedra, la nave de las tinajas y otros aposentos originales.
Con poco dinero se va a pocos sitios, y la pensión de los antiguos peones agrícolas no da para costearse la residencia de Personalia, pero existe otra residencia en La Solana, el antiguo asilo de una congregación religiosa, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Santa Teresa de Jesús Jornet. Las bienhechoras hermanitas se marcharon del pueblo, por reducirse dramáticamente su número al faltar vocaciones; sin embargo la residencia-asilo sigue funcionando con otra administración, allí debe costar menos de 900 euros la residencia, supongo.
Echábamos de menos, MANIJERO, tus "consejos y sugerencias", es cierto lo que dices del rasillo de Antón Díaz, aunque te recuerdo que con la remodelación de la ermita de Santa Quiteria y su entorno, ocurrió algo parecido al suprimirse bancos que luego se recolocaron pero, en Antón Díaz, estoy de acuerdo contigo en lo incomprensible de la tardanza.
Por Ciudad Real se siguen viendo pocos ingleses y alemanes, sí muchos rumanos, ecuatorianos y bolivianos, que no están de turismo sino trabajando, forman parte de la población inmigrante por motivos laborales, o búsqueda de mejores perspectivas vitales. Y las casonas siguen existiendo en muchos pueblos, aunque algunas se han derribado con pocos miramientos, y respeto a sus valores histórico-artísticos.
Almagro y Villanueva de los Infantes, antiguas villas cabezas de gobernación de los campos de Calatrava y Montiel, son las que mejor patrimonio histórico-artístico conservan. En La Solana se conserva un puñado de casonas hidalgas, con sus escudos heráldicos de piedra incrustados en los muros, como la mal llamada de "La Encomienda" que tú señalas, Octavio. Digo mal llamada, porque la verdadera casa de la Encomienda -que era una institución propia de las Órdenes Militares- era la casa contigua, o de Travesedo; lamentablemente demolida, pues era, probablemente, la más antigua y documentada del pueblo.
Muchas de estas casonas antiguas se han rehabilitado y puesto en uso, bien como centros culturales, administrativos, de ocio, hostales y restauración, etc. Recuerdo que estuve una noche cenando en un pueblo de los alrededores, Santa Cruz de Mudela, en una de estas magníficas casonas hidalgas rehabilitadas con gran acierto, con un restaurante de postín y habitaciones para posar.
Aquí en La Solana, han abierto hace unos meses, en una antigua bodega transformada a propósito, un hotel-rural, con restaurante y doce habitaciones; conserva el típico patio empedrado, su porches con columnas de piedra, la nave de las tinajas y otros aposentos originales.
Con poco dinero se va a pocos sitios, y la pensión de los antiguos peones agrícolas no da para costearse la residencia de Personalia, pero existe otra residencia en La Solana, el antiguo asilo de una congregación religiosa, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Santa Teresa de Jesús Jornet. Las bienhechoras hermanitas se marcharon del pueblo, por reducirse dramáticamente su número al faltar vocaciones; sin embargo la residencia-asilo sigue funcionando con otra administración, allí debe costar menos de 900 euros la residencia, supongo.
Echábamos de menos, MANIJERO, tus "consejos y sugerencias", es cierto lo que dices del rasillo de Antón Díaz, aunque te recuerdo que con la remodelación de la ermita de Santa Quiteria y su entorno, ocurrió algo parecido al suprimirse bancos que luego se recolocaron pero, en Antón Díaz, estoy de acuerdo contigo en lo incomprensible de la tardanza.