Bien me fue por la sierra madrileña, Oretano, este verano fuí en dos ocasiones, me quedo antes que tú, en el valle del Lozoya, Rascafría, Oteruelo, Alameda, Pinilla, Lozoya... Debe ser uno de los valles de montaña más hermosos de España, poco modificado por el turismo, con pueblos muy pequeños y un paisaje encantador, con grandes zonas boscosas y arroyos de agua cristalina que bajan de las montañas. De la zona que tú visitas conozco Pedraza, Sepúlveda y Riaza, y también he asistido a los asados de chuletas en las bodegas segovianas, bodegas excavadas en la tierra donde se consevaba el vino elaborado por los vecinos de los pueblos, nunca olvidaré el sabor de ese vino, bebido por mi junto a la cuba en el fondo de la cueva-bodega. Ya, imagino, algo me han contado, debe ser muy pocos los habitantes de esos pueblos que sigan elaborando el vino, yo lo vi hacer con una prensa de viga.
Volvió la patrona a nuestro pueblo, donde estará cuatro meses, pues es una Virgen peregrina como la llaman algunos, en enero próximo como ilustra la imagen que acompaña estas letras, se guardará la imagen en su camarín portátil y marchará al castillo-santuario de Peñarroya. Allí permanecerá otros cuatro meses para marchar después a Argamasilla de Alba, el otro pueblo del que es patrona. Asistí esta mañana en la calle Emilio Nieto, al paso de la imagen de la Virgen y su variopinta caravana, con banda de música, autoridades, gente a caballo, a pie y en remolques entoldados de tractores. Ya la tenemos aquí aunque nunca se marchó del corazón de sus devotos.
Volvió la patrona a nuestro pueblo, donde estará cuatro meses, pues es una Virgen peregrina como la llaman algunos, en enero próximo como ilustra la imagen que acompaña estas letras, se guardará la imagen en su camarín portátil y marchará al castillo-santuario de Peñarroya. Allí permanecerá otros cuatro meses para marchar después a Argamasilla de Alba, el otro pueblo del que es patrona. Asistí esta mañana en la calle Emilio Nieto, al paso de la imagen de la Virgen y su variopinta caravana, con banda de música, autoridades, gente a caballo, a pie y en remolques entoldados de tractores. Ya la tenemos aquí aunque nunca se marchó del corazón de sus devotos.