¡Saludos cordiales! amigos Octavio y Loman. Ese viejo balcón de madera, Loman, junto al convento de los trinitarios descalzos, hace ya muchos años que desapareció, yo llegué aún a verlo en mi infancia. Los dulces típicos de estas fiestas tienen igual o más presencia que antes, aunque ya no se acostumbra a hacerlos en las casas, son las panaderías locales las que los cuecen en sus hornos, nuégados, flores de pascua, magdalenas, rosquillos fritos, tortas, rosquillos de horno, pastas floras... y, este año por coincidencia de fechas, los hornazos de San Marcos también están presentes, yo mismo regalé uno a un familiar que volvía a Madrid esta misma tarde.
Se pueden encontrar respuestas para todo o casi todo, la capacidad de expresión, el ingenio y la imaginación nos capacitan para responder a las preguntas más extrañas o complicadas, el mismo silencio puede servir como respuesta. Pero cuando se pregunta públicamente a un personaje público como es Benedicto XVI, hay que medir bien las palabras pues los medios de comunicación de masas están pendientes de cualquier matiz, cualquier posible interpretación, circunstancia, significado, relación o efecto de esas palabras. El papa podía haber respondido como buen creyente a esa joven japonesa, diciéndole que existe algo por encima de los sufrimientos de la vida, el azar, las calamidades, los tropiezos, los desastres, las diversas circunstancias que acompañan al hombre en su caminar... Y ese algo es el amor de Dios que llena, dando paz al corazón del hombre, hasta en los peores momentos que le toque vivir.
Ése es el mensaje cristiano de la semana santa que perciben hasta los alejados de la iglesia, el amor de Cristo que da su vida por la humanidad.
Se pueden encontrar respuestas para todo o casi todo, la capacidad de expresión, el ingenio y la imaginación nos capacitan para responder a las preguntas más extrañas o complicadas, el mismo silencio puede servir como respuesta. Pero cuando se pregunta públicamente a un personaje público como es Benedicto XVI, hay que medir bien las palabras pues los medios de comunicación de masas están pendientes de cualquier matiz, cualquier posible interpretación, circunstancia, significado, relación o efecto de esas palabras. El papa podía haber respondido como buen creyente a esa joven japonesa, diciéndole que existe algo por encima de los sufrimientos de la vida, el azar, las calamidades, los tropiezos, los desastres, las diversas circunstancias que acompañan al hombre en su caminar... Y ese algo es el amor de Dios que llena, dando paz al corazón del hombre, hasta en los peores momentos que le toque vivir.
Ése es el mensaje cristiano de la semana santa que perciben hasta los alejados de la iglesia, el amor de Cristo que da su vida por la humanidad.