¡Saludos, Octavio! Imagino que pronto lucirán los tulipanes en los parques de Elburg... buen negocio, por cierto, el de la floricultura holandesa. En La Solana ya florecieron los lirios, los lilos y esas florecillas silvestres de los campos que tanto me gustan, candelillas y sangre de Cristo. Las habas del terreno están ahora en flor, los olivos con "muestra" de futuras flores, los almendros con gran cuaja de almendrucos, generoso se presenta el año de espárragos trigueros que nacen entre las matas y encinas del monte leñoso. Dentro de una o dos semanas, los trigales y cebadales estarán pletóricos de amapolas rojas; buen año de cereales se presume por las afortunadas lluvias de estos días.
La naturaleza se muestra espléndida en primavera, embellecida con las flores que serán futuros frutos, y mientras en muchos talleres, fábricas y oficinas, se sigue con rigurosos horarios de trabajo, un día y otro, cinco a la semana los más afortunados, pues muchos negocios abren el sábado y aún el domingo (hostelería). Poco avanzamos, si pese a tanto adelanto tecnológico y científico, seguimos esclavizados por el trabajo, un tercio de las 24 horas del día. Descontemos el descanso nocturno, los desplazamientos (penosos en las grandes ciudades), el tiempo de las comidas, el aseo y otras necesidades básicas y nos podemos preguntar ¿qué nos queda de tiempo libre, en que seamos nosotros nuestros propios dueños, libres de ataduras, para poder pensar, mirar el mundo y a nosotros mismos serenamente, hacernos preguntas, disfrutar de la vida libremente?
Es triste que se hable poco de reducir la jornada de trabajo, en parte porque es colocarse en inferioridad de condiciones, respecto a otros países que no la implanten. Al igual que existe una Organización Mundial del Comercio, más unas Naciones Unidas, debería existir una Organización Mundial del Trabajo, que redujera las jornadas laborales en todo el mundo.
España debe ser una especie de paraíso en determinados aspectos, el director del Banco de España habló el otro día de que se debería aplicar algunas medidas, como se hace en otros países, respecto a jubilaciones y cotizaciones a la Seguridad Social, y el ministro de Trabajo salió inmediatamente a la contra diciendo que no hay ningún temor, y sobran dichos consejos, según sus previsiones el sistema de pensiones no puede generar déficit antes del año 2.019 (o así, a estas horas la memoria me falla), además existe el fondo de reserva de la Seguridad Social.
Recuerdo haber escuchado a ciertas personas en el pasado, lamentarse por su jubilación a los 65 años, y desear seguir siendo útiles de algún modo, que se aprovechara sus conocimientos y experiencia. También, en esa misma profesión de maestros de escuela o profesores de Enseñanza Primaria, se da la circunstancia de que en la actualidad, algunos se jubilan antes de la edad reglamentaria por contar con 35 años de trabajo. Lo ideal sería ofrecer alternativas para todos los gustos, manteniéndose viable y mejorado el sistema de pensiones.
¿Trabajar a los 90 años, obligadamente? esto hoy suena a gran disparate e inhumanidad. Yo creo, amigo Octavio, que deberíamos buscar la forma de forrarnos con algún negocio nuevo, para poder vivir holgadamente en el futuro. Estoy pensando si se podrían cultivar tulipanes bajo plástico en La Solana, tengo unas fanegas de tierra con algo de agua para el riego... no sé cómo resultaría. También dispongo de algún local comercial, podríamos vender productos típicos holandeses en La Solana, o solaneros en Elburg: vino, aceite, melones, sandías, ropa (se fabrican muy buenos pantalones vaqueros, Matews por ejemplo), artesanía (hierro, esparto, madera, pintura de mi admirada Ramona Romero de Ávila), quesos, carne, embutidos, etc. Algo hay qué hacer si no es posible que tengamos que cantar, como Antonio Molina: " ¡Ay! que el futuro es muy oscuro, el futuro es muy oscuros, aaaayyyyy trabajando en el carbón".
La naturaleza se muestra espléndida en primavera, embellecida con las flores que serán futuros frutos, y mientras en muchos talleres, fábricas y oficinas, se sigue con rigurosos horarios de trabajo, un día y otro, cinco a la semana los más afortunados, pues muchos negocios abren el sábado y aún el domingo (hostelería). Poco avanzamos, si pese a tanto adelanto tecnológico y científico, seguimos esclavizados por el trabajo, un tercio de las 24 horas del día. Descontemos el descanso nocturno, los desplazamientos (penosos en las grandes ciudades), el tiempo de las comidas, el aseo y otras necesidades básicas y nos podemos preguntar ¿qué nos queda de tiempo libre, en que seamos nosotros nuestros propios dueños, libres de ataduras, para poder pensar, mirar el mundo y a nosotros mismos serenamente, hacernos preguntas, disfrutar de la vida libremente?
Es triste que se hable poco de reducir la jornada de trabajo, en parte porque es colocarse en inferioridad de condiciones, respecto a otros países que no la implanten. Al igual que existe una Organización Mundial del Comercio, más unas Naciones Unidas, debería existir una Organización Mundial del Trabajo, que redujera las jornadas laborales en todo el mundo.
España debe ser una especie de paraíso en determinados aspectos, el director del Banco de España habló el otro día de que se debería aplicar algunas medidas, como se hace en otros países, respecto a jubilaciones y cotizaciones a la Seguridad Social, y el ministro de Trabajo salió inmediatamente a la contra diciendo que no hay ningún temor, y sobran dichos consejos, según sus previsiones el sistema de pensiones no puede generar déficit antes del año 2.019 (o así, a estas horas la memoria me falla), además existe el fondo de reserva de la Seguridad Social.
Recuerdo haber escuchado a ciertas personas en el pasado, lamentarse por su jubilación a los 65 años, y desear seguir siendo útiles de algún modo, que se aprovechara sus conocimientos y experiencia. También, en esa misma profesión de maestros de escuela o profesores de Enseñanza Primaria, se da la circunstancia de que en la actualidad, algunos se jubilan antes de la edad reglamentaria por contar con 35 años de trabajo. Lo ideal sería ofrecer alternativas para todos los gustos, manteniéndose viable y mejorado el sistema de pensiones.
¿Trabajar a los 90 años, obligadamente? esto hoy suena a gran disparate e inhumanidad. Yo creo, amigo Octavio, que deberíamos buscar la forma de forrarnos con algún negocio nuevo, para poder vivir holgadamente en el futuro. Estoy pensando si se podrían cultivar tulipanes bajo plástico en La Solana, tengo unas fanegas de tierra con algo de agua para el riego... no sé cómo resultaría. También dispongo de algún local comercial, podríamos vender productos típicos holandeses en La Solana, o solaneros en Elburg: vino, aceite, melones, sandías, ropa (se fabrican muy buenos pantalones vaqueros, Matews por ejemplo), artesanía (hierro, esparto, madera, pintura de mi admirada Ramona Romero de Ávila), quesos, carne, embutidos, etc. Algo hay qué hacer si no es posible que tengamos que cantar, como Antonio Molina: " ¡Ay! que el futuro es muy oscuro, el futuro es muy oscuros, aaaayyyyy trabajando en el carbón".