Sí, es cierto, se ve mucha gente solanera que está fuera viviendo y trabajando, y que vuelve al pueblo por la feria. Yo creo que son de los que más disfrutan con la feria, se llevan un buen recuerdo de La Solana, que mantendrá vivas sus raíces allá donde se hallen y por donde discurra su vida. Curiosamente, hoy estuve viendo la caravana de motos clásicas, había muchísimas de todas partes de España y de aficionados del pueblo. Todas relucientes, con sus dueños montados en ellas, pasaban por las calles entre el estrépito de las sirenas que habrían y cerraban la marcha. El único motorista que me saludó, con una expresión de gran alegría fue precisamente un emigrante, lleva ya varios años fuera del pueblo, cuando vivía aquí algunas veces nos juntábamos y salíamos por ahí con otras personas más. En su gesto noté esa emoción tan intensa del solanero ausente, cuando vuelve y vive la feria del pueblo que le vio nacer.