¡Saludos, Octavio! El calor y las ideas, un tema para reflexionar. El calor nos inclina a beber, a veces demasiado pues la oferta de zumos y cervezas es tentadora, con lo que al inicial aplanamiento o falta de inquietud intelectual, se añade el aturdimiento de la bebida. Sin embargo grandes pensamientos brotaron de un ameno lugar, en tiempo veraniego, entre huertos, árboles y flores; recordemos por ejemplo la poesía de Fray Luis de León, de la cual yo tomé el nick de Mansorruido:
"Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida senda por donde han ido,
los pocos sabios que el mundo han sido".
Pero a veces apetece también algo de ruido mundano, de bulla y jaleo. Apetece la fiesta, que está presente en el tiempo del calor, el verano, en todos estos pueblos de la provincia de Ciudad Real, y aún en los distintos barrios de los pueblos grandes, como es el caso de La Solana. Con sus verbenas, terrazas de bares, música, baile, conciertos, y muchedumbres alegres.
Debajo de una higuera se puede pensar de todo, pero la economía... no sé, preferiría pensar en otras cosas mientras saboreo ese especial silencio del campo, lleno de ruidos amables, naturales, que parecen acariciar nuestro pensamiento.
Esos chicos de Ciudad Real te hablaron de una playa artificial que han creado cerca de la ciudad, he oído hablar de ese sitio de recreo aunque no lo conozco. Los solaneros tenemos la suerte, de tener el parque natural de las Lagunas de Ruidera a 35 kilómetros, un conjunto de lagunas escalonadas con gran encanto y atractivo. Suelen padecer las fluctuaciones climáticas, así como la sobreexplotación de los acuíferos en beneficio de la agricultura, pero este año presentan un buen aspecto. Pero el mar, amigo Octavio, es diferente:
"El mar, la mar,
y nada más
en que pensar".
El pensamiento se deja adormecer por el vaivén de las olas, olvidamos los trajes, los horarios, la ciudad gris y hasta nuestra propia vida gris se tiñe de blanco, oro y azúl.
Pero, como decía don Quijote, no debemos abandonarnos en demasía, ir desceñidos, olvidar las composturas, el respeto a los demás... Espero que mañana, el director de la banda municipal cuando dirija el concierto anunciado a las 21,30, en la casa de la Cultura, no aparezca con la camisa o guayabera suelta por encima del pantalón, como ha hecho en otras ocasiones, ni con pantalones piratas; a mi, desde luego, no me gusta. Pero en fin, yo iré a escuchar el concierto, será los sonidos sabiamente extraídos de los instrumentos, los que atraigan mi atención.
La economía solanera no se rinde al desánimo, se siguen construyendo naves en los polígonos industriales, el otro día se adjudicó a una empresa la contrucción de un nuevo polígono o parque empresarial, se urbanizan nuevos polígonos residenciales, el precio de los cereales está más crecido que el año pasado, se construyen nuevas viviendas, etc. Falta por encontrar un negocio con qué forrarnos.
Ya debes estar de nuevo en el país de los tulipanes, los polders, las vacas de leche excelente, Rembrand, la Philips, el Ajax... Por cierto ¿qué cerveza holandesa me recomiendas? yo me dejo tentar por la Heyneken, no sé si es holandesa. ¡Saludos cordiales, Octavio!
"Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida senda por donde han ido,
los pocos sabios que el mundo han sido".
Pero a veces apetece también algo de ruido mundano, de bulla y jaleo. Apetece la fiesta, que está presente en el tiempo del calor, el verano, en todos estos pueblos de la provincia de Ciudad Real, y aún en los distintos barrios de los pueblos grandes, como es el caso de La Solana. Con sus verbenas, terrazas de bares, música, baile, conciertos, y muchedumbres alegres.
Debajo de una higuera se puede pensar de todo, pero la economía... no sé, preferiría pensar en otras cosas mientras saboreo ese especial silencio del campo, lleno de ruidos amables, naturales, que parecen acariciar nuestro pensamiento.
Esos chicos de Ciudad Real te hablaron de una playa artificial que han creado cerca de la ciudad, he oído hablar de ese sitio de recreo aunque no lo conozco. Los solaneros tenemos la suerte, de tener el parque natural de las Lagunas de Ruidera a 35 kilómetros, un conjunto de lagunas escalonadas con gran encanto y atractivo. Suelen padecer las fluctuaciones climáticas, así como la sobreexplotación de los acuíferos en beneficio de la agricultura, pero este año presentan un buen aspecto. Pero el mar, amigo Octavio, es diferente:
"El mar, la mar,
y nada más
en que pensar".
El pensamiento se deja adormecer por el vaivén de las olas, olvidamos los trajes, los horarios, la ciudad gris y hasta nuestra propia vida gris se tiñe de blanco, oro y azúl.
Pero, como decía don Quijote, no debemos abandonarnos en demasía, ir desceñidos, olvidar las composturas, el respeto a los demás... Espero que mañana, el director de la banda municipal cuando dirija el concierto anunciado a las 21,30, en la casa de la Cultura, no aparezca con la camisa o guayabera suelta por encima del pantalón, como ha hecho en otras ocasiones, ni con pantalones piratas; a mi, desde luego, no me gusta. Pero en fin, yo iré a escuchar el concierto, será los sonidos sabiamente extraídos de los instrumentos, los que atraigan mi atención.
La economía solanera no se rinde al desánimo, se siguen construyendo naves en los polígonos industriales, el otro día se adjudicó a una empresa la contrucción de un nuevo polígono o parque empresarial, se urbanizan nuevos polígonos residenciales, el precio de los cereales está más crecido que el año pasado, se construyen nuevas viviendas, etc. Falta por encontrar un negocio con qué forrarnos.
Ya debes estar de nuevo en el país de los tulipanes, los polders, las vacas de leche excelente, Rembrand, la Philips, el Ajax... Por cierto ¿qué cerveza holandesa me recomiendas? yo me dejo tentar por la Heyneken, no sé si es holandesa. ¡Saludos cordiales, Octavio!