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LA SOLANA: ¡Un cordial saludo! para Isa y su familia solanera,...

¡Un cordial saludo! para Isa y su familia solanera, nos agrada que te acuerdes de La Solana y nos entristece que tu padre lleve tantos años sin venir por aquí. Ha cambiado mucho el pueblo en esos treinta años, le sorprenderá, si vuelve algún día como deseamos, el desvío de la carretera nacional 430 que antes pasaba rodeando la villa por su lado sur, por el matadero, el parque municipal, la piedra del Cuquillo, las canteras de yeso y todo el costanazo o barrio al sur del "parterre" de las aguas. Ya no hay matadero municipal, en su lugar una estación de autobuses, cinco parques más además del antiguo, una rotonda en la piedra del Cuquillo con una escultura en su centro, compuesta por grandes hoces y espigas de acero, que rememoran las multiples fraguas de hoces solaneras que tu padre debió conocer, de las que no queda ninguna de las antiguas, y el trabajo de la siega en el campo que quizás tu padre también ejerció. La canteras desaparecieron y en su lugar nuevas casas y calles que saltan la antigua carretera, llegando hacia el este hasta la misma carretera de Tomelloso. Los polígonos industriales que van desde el camino de Membrilla hasta la carretera de Valdepeñas, también le sorprenderían por su magnitud; al igual que la Veguilla, urbanizada desde el camino de Toledo, hasta 300 metros antes de la carretera de Manzanares. La calle de la Carrera con las aceras ensanchadas y sin coches aparcados, desde la plazuela de la Marquina hasta el mercado municipal; mercado municipal que ya no es el antiguo cuadrado, pegado a la calle de la Carrera, sino otro de nueva planta alargado lindante a la calle General Espartero. Novedades propias de los tiempos que se han producido en muchos pueblos de España, como las casas que, en general, han perdido su aspecto encalado; hasta la propia plaza Mayor se ha restaurado y repintado de llamativos colores, y el chapitel de la esbelta torre de la iglesia de Santa Catalina, se cambió por otro nuevo a imitación del original destruido durante la guerra civil.
Nuevos barrios se han creado, algunos dignos de visitarse por su originalidad como el de la Calzada, compuesto de casas adosadas todas nuevas y todas distintas, con bellos diseños y detalles producto del gusto de sus jóvenes moradores.
El pueblo cambia como cambian los tiempos, manteniéndose las tradiciones, entre las que se cuentan los platos de que hablas. Ahora es tiempo de vendimia, como ilustra la imagen que acompaña estas letras, días finales de vendimia, propio para degustar el moje vendimiador, elaborado con pimiento, tomate, aceite, cominos... ¡delicioso, sin duda! O las famosas migas, que se hacen con el pan duro reblandecido con agua, pasado por la sartén con un poco de aceite y ajo, acompañado de tocino y de uvas de las viñas, que tan bien saben maduradas en las cepas y recién cogidas. Aunque lo cierto es que siguen sabiendo bien si se cuelgan en una cueva, como se hacía antiguamente, y se comen en noviembre o diciembre. Tu padre recordará que también se colgaban melones en las cámaras, por esta tierra se siguen criando los mejores melones de España, ahora está acabando la temporada de ellos.
Hay muchos solaneros emigrados y descendientes de ellos por toda España, como tú Isa, a todos os enviamos un abrazo, los que vivimos en La Solana también nos acordamos de vosotros.