Como no recordar la estufa que había en el centrode la
escuela de orujo, que servia para mitigar los fríos
inviernos turlequeños; aunque yo no soy consciente ahora del que tuviera frió, ¡lo que hace la edad, señores!. También recuerdo el piso de madera, que de pequeño siempre me hacia la misma pregunta, ¿por qué los pisos de madera en
Toledo o en
Madrid brillaban y el de la escuela no?.
Y como olvidar los partidos de
fútbol que se hacia en
la era de enfrente. Luego recuerdo que en dicha era, por
... (ver texto completo)