Al fin han pasado las elecciones, al fin ha terminado la agresiva y durísima campaña y, aunque los resultados no han sido todo lo buenos que se esperaban, desde el principio sabíamos que no era nada fácil; por eso, quiero felicitaros y agradeceros la ilusión y el esfuerzo que habéis dedicado al proyecto, un proyecto muy complicado, basado en el amor a vuestros pueblos, nuestros pueblos, los pueblos de todos, propios y extraños que alguna vez los han visitado o, simplemente, han oído hablar de ellos.
Todos, unos y otros, no hemos dejado de quererlos ni siquiera cuando más abandonados y destruidos estaban (especialmente El Hoyo y Solanilla del Tamaral), cuando la tensión flotaba en el ambiente y los problemas surgían tras cada esquina; mas bien al contrario, los hemos ido queriendo más y más porque sabemos que nuestros pueblos no son así, nunca lo fueron y nunca lo serán.
Todos, unos y otros, sabíamos también que las cosas tenían que cambiar, pero ninguno nos atrevíamos a dar el paso, demasiadas cosas en juego: familia, amigos, vecinos, trabajo… nuestra cómoda vida a fin de cuentas.
Entonces aparecisteis vosotros, un grupo de gente comprometida, dispuestos a complicaros la vida y a ganar quebraderos de cabeza día a día por vuestros, nuestros pueblos.
El camino no ha terminado, mas bien acaba de empezar y el recorrido es largo, larguísimo, lleno de baches, piedras, maleza y fuertes pendientes; también tiene algunas zonas de remanso, aunque son las menos, pero quizás al final, y sólo al final, descubramos que, aun desde la oposición, merecía la pena recorrerlo.
Prometo, prometemos seguir acompañándoos en él.
Rubén: Gracias, buena suerte y… ¡a trabajar!
Todos, unos y otros, no hemos dejado de quererlos ni siquiera cuando más abandonados y destruidos estaban (especialmente El Hoyo y Solanilla del Tamaral), cuando la tensión flotaba en el ambiente y los problemas surgían tras cada esquina; mas bien al contrario, los hemos ido queriendo más y más porque sabemos que nuestros pueblos no son así, nunca lo fueron y nunca lo serán.
Todos, unos y otros, sabíamos también que las cosas tenían que cambiar, pero ninguno nos atrevíamos a dar el paso, demasiadas cosas en juego: familia, amigos, vecinos, trabajo… nuestra cómoda vida a fin de cuentas.
Entonces aparecisteis vosotros, un grupo de gente comprometida, dispuestos a complicaros la vida y a ganar quebraderos de cabeza día a día por vuestros, nuestros pueblos.
El camino no ha terminado, mas bien acaba de empezar y el recorrido es largo, larguísimo, lleno de baches, piedras, maleza y fuertes pendientes; también tiene algunas zonas de remanso, aunque son las menos, pero quizás al final, y sólo al final, descubramos que, aun desde la oposición, merecía la pena recorrerlo.
Prometo, prometemos seguir acompañándoos en él.
Rubén: Gracias, buena suerte y… ¡a trabajar!