Queridisima Mayte Goméz Castellanos:
Tú sabes que, desde mi humilde sensibilidad personal, seria incapaz de descabalgarte de mi Rocinante, ante aquella petición que me hicistes de montar conmigo a la grupa, sabes que me
postré a tus pies y cedí muy honrroso, de dar un
paseo con una encantadora dama como tu de amazona, tampoco entiendo tus celos ni los motivos que te doy para ello, pues como tú bien dices, siempre estabas detras de mí por si alguna "
flor-intrusa" se arrimaba y, ocupaba tu lugar,
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