A Emiliana del chato y Agustin.
Diciembre, mes de tantas cosas, mes de
fiestas, de
reuniones familiares,..., mes de la
matanza. Para nosotros, los niños de
Minas Diógenes era como una
fiesta familiar, de
amigos y vecinos. Los días previos a la matanza ya andaba mi padre (experto matarife) preparandose, afilaba sus cuchillos y al final decía:
- Bueno, ya está, esperemos que no llueva, si hiela que sea esta
noche y mañana sol, la humedad no va con las morcillas.
El día de la matanza era especial,
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